Los casos de ludopatía entre jóvenes crecen un 12% en Málaga

Andalucía es una de las comunidades en las que menos se juega. Así lo desvela el informe de apuestas en Andalucía en el III Trimestre de 2022. El juego real en apuestas en Andalucía en los nueve primeros meses de 2022 fue de 26,2 millones de euros, que corresponden a la diferencia entre 134,3 millones de euros de cantidades apostadas y 108,0 millones distribuidos en premios.

Unos datos que si se trasladan a Málaga no cuentan lo mismo. Y es que los casos de ludopatía crecen en la provincia. La Asociación Malagueña de Jugadores de Azar En Rehabilitación (Amalajer) asegura que ha aumentado la demanda de asistencia a su centro de ayuda: «Es una constante de hace unos cuantos años; podemos hablar de un aumento del 12%», asegura Francisco Abad, presidente de la asociación.

Y alerta de que va disminuyendo la edad de los ludópatas: «El perfil son jóvenes, con estudios universitarios, que han tenido contacto con el mundo laboral y que en algunos casos acumulan una deuda de 10.000 o 12.000 euros. Estos empezaron a jugar siendo menores de edad».

Perfil del ludópata malagueño

Amalajer trata a las personas con adicción al juego, les da atención psicológica, asesoramiento legal, y terapia grupal. Según el presidente de Amalajer la demanda en bares cae y «van en aumento las casas de apuesta». Además, el juego online es otro de los tipos de apuestas que se han generalizado.

Hasta la asociación llegan también menores de edad, «pero son pocos», aclara Abad. La mayoría de los malagueños que acuden a Amalajer son hombres, mientras que solo el 8% de la demanda de ayuda proviene de mujeres: «Hay pero muy pocas. Hay muchas mujeres que no piden ayuda, es un capítulo que hay pendiente».

La conducta de este tipo de jugadores no siempre es igual: «Cada jugador tiene su circunstancia. Hay un perfil normalizado de jugador, que se juega el salario y recurre a préstamos a bancos».

A pesar de las cifras, socialmente no se tiene aún conciencia: «La sociedad sigue marginando esta enfermedad. La gente tiene miedo que lo vean llegando a un centro de ayuda o de que se enteren», asegura el presidente de la asociación.

En Amalajer atienden anualmente a más de 400 personas. La media de tratamiento es de dos años, donde hay terapia ayuda y psicoterapia: «Empiezas viniendo dos veces en semana, luego una vez y después cada 15 días. Además, manejamos a nivel de toda Andalucía el fichero de todas las personas que están en tratamiento». Francisco Abad critica el poco control que existe desde las instituciones públicas: «Aquí prima más la economía que otra cosa. Siempre el discurso es el mismo: los puestos de trabajo. No es prohibir, es controlar más; vigilar y hacer más programas de prevención».

Abad reclama más recursos para asociaciones como la suya: «Con llevar a cabo los acuerdos sería suficiente», indica.

Suscríbete para seguir leyendo