Patrimonio

Ciriana pide más medidas de protección para las cuevas de Churriana

Recuerda que el CSIC, en un informe de 2021 para Urbanismo, proponía varias actuaciones urgentes que no se han llevado a cabo. Urbanismo responde que ha tapado algunas cuevas para evitar okupas y que siguen las directrices de Cultura

El socavón mayor, sobre la iglesia rupestre, el pasado enero.

El socavón mayor, sobre la iglesia rupestre, el pasado enero. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La asociación ecologista Ciriana ha reclamado más medidas de protección para las cuevas de Churriana, localizadas en 2018 en la zona de Gamera Baja, junto al cementerio de Churriana, entre las que se localizó una iglesia rupestre, a poca distancia de una segunda iglesia, en un terreno municipal en calle Caliza, que se conocía con anterioridad.

Se trata de un conjunto para el que el propio Parlamento de Andalucía pidió su protección un año más tarde, dado que en la zona estaba prevista una promoción de 200 viviendas. En opinión de la Consejería de Cultura, que en 2020 reclamó la protección integral al Ayuntamiento de Málaga, se trataría de cuevas habitadas por una comunidad monacal paleocristiana que continuó en la zona durante el dominio musulmán.

Discrepa con esta datación el profesor de la Universidad de Málaga Carlos Gozalbes, que considera que las cuevas se habrían excavado y habitado entre el siglo IX y X para una comunidad de trabajadores cristianos beatos -no monjes- y por tanto se tratarían de cuevas mozárabes.

Para Ciriana, las medidas de protección tomadas, entre ellas un respiradero en los terrenos de Gamera Baja, son insuficientes «porque el desplome continúa», alerta Maricruz Torres, de Ciriana. La ecologista hace referencia a los socavones que han aparecido sobre la primera cueva rupestre, que dejan la cavidad a merced de la lluvia, algo de lo que ya se hizo eco La Opinión.

El informe del CSIC

A este respecto, recuerda que expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizaron en octubre de 2021 y a instancias de la Gerencia de Urbanismo, un informe a raíz de la aparición a finales de 2019 de dos socavones formados por la acumulación de escorrentías de agua.

Entre los posibles factores que lo han producido, aparte del tipo de suelo donde se excavaron las cuevas y las condiciones climáticas, el estudio menciona la desaparición de la cubierta vegetal de los terrenos, «supuestamente por obras de excavación y explanación», unas obras que afectaron a la capa de protección «frente a la erosión» que reducía la infiltración de agua y aumentaba el flujo superficial.

Como resultado, se formaron estos socavones y «el material aluvial erosionado es evacuado hacia el talud y preferentemente hacia las cuevas excavadas», señala el informe.

Socavón sobre la iglesia rupestre, en enero.

Socavón sobre la iglesia rupestre, en enero. / A.V.

El estudio del CSIC proponía como «medidas correctoras urgentes», entre otras, limpiar de vegetación y residuos los socavones actuales, «rellenarlos con materiales similares a los aluviales sobre un fondo de geotextil», «cubrirlos (...) con algún material resistente y tapar esas cubiertas nuevamente con materiales aluviales» así como «revegetar la terraza». También aconsejaba como medida urgente liberar las cuevas de los materiales dispuestos en las entradas al pie del talud porque «actúan como diques de retención de agua».

Entrada a la cueva principal con el respiradero al lado.

Entrada a la cueva principal con el respiradero al lado. / A.V.

La asociación ecologista recuerda que nada de esto se ha llevado a cabo, pese a considerarse actuaciones urgentes y que, además, se ha empleado «una retroexcavadora para tapar la entrada de las cuevas, cuando se tenían que haber hecho trabajos manuales, por la cautela que se debe tener, ya que ahí está pendiente la excavación arqueológica», indicó Maricruz Torre, que recordó que las cavidades más pequeñas están tapadas «por completo», mientras que la principal está bloqueada con tierra, una tabla y tela.

La portavoz de Ciriana también dudó de que cumpla su cometido el respiradero instalado, al carecer de una bomba para extraer el aire.

Para evitar okupas

El concejal de Urbanismo, Raúl López, informó ayer a este diario de que algunas de las cuevas se han tenido que tapar «porque se metieron algunos okupas y se ha querido evitar esto». El concejal subrayó que la GMU ha realizado «algunas actuaciones subsidiarias de emergencia», dado que es un terreno privado de la mano del Departamento de Arqueología «y siempre siguiendo la resolución de Cultura de la Junta».

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