Historia

El Racimo sirve sus últimos desayunos tras un siglo de historia

El icónico local de La Trinidad cierra para siempre su persiana tras más de 100 años abierto, debido a la jubilación de su dueño: "Nos da mucha pena", afirman los clientes

Este negocio familiar abrió sus puertas en 1922 como un tabanco, una especie de despacho de vinos en el que se vendían café, leche o yogur

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Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

Llegó el día. Tras un siglo de historia, el bar El Racimo sirve sus últimos desayunos.  El icónico bar de La Trinidad, ubicado en calle Mármoles, dice así adiós para siempre, tras 101 años al servicio de trinitarios y percheleros.

Un cierre que se produce debido a la jubilación de su dueño: "Ya hoy es el último día", afirma con media sonrisa Miguel Blanca, propietario. 

Sus clientes habituales no han querido perderse esta despedida, que concurre como un día normal: "Yo he pedido mi nube con mi pitufo con aceite y tomate, como siempre he hecho. Aunque hoy me da un poco de tristeza, llevo años viniendo a desayunar aquí", apunta una clienta. 

"Nos da mucha pena, porque hemos venido toda la vida aquí. Pero, así es la vida", dice Miguel, otro cliente. 

A lo largo de todos estos años, El Racimo se ha consolidado como uno de los establecimientos más queridos de la zona. Y no es para menos, algunos clientes llevan acudiendo desde que eran pequeños: "Yo venía a desayunar o almorzar con mi padre, cuando aún lo regentaban los padres de Miguel. Mi hermano y yo corríamos y jugábamos en esta acera. Ahora los dos traemos a nuestros nietos, cuando podemos", recuerda Dolores. 

El Racimo sirve sus últimos desayunos tras un siglo de historia

Miguel Blanca, propietario del bar El Racimo. / Álex Zea

Este negocio familiar abrió sus puertas en 1922 cuando los padres de Miguel adquirieron el local. Fue entonces cuando Manuel Blanca Romero y Ana Céspedes Fernández regentaron su tabanco; una especie de despacho de vinos en el que se vendían café, leche o yogur.

Más tarde, el local se convirtió en una cafetería y acabó en el bar de tapas, desayunos y raciones que todos conocen ahora.

"Lo conocen fuera de Málaga. Yo he estado en La Habana y me han reconocido", cuenta Miguel Blanca

Por ello, no es de extrañar que Miguel Blanca lleve tras la barra más de 60 años: "Realmente desde antes de nacer. Mi madre trabajaba ya aquí cuando estaba embarazada de mis hermanos y de mí. Cuando crecimos a los siete nos pusimos a trabajar en el bar", relata. 

A la jubilación de Miguel se une el fin del contrato de arrendamiento del local: "Las cosas tienen su principio y su fin. Estamos tristes, pero a la misma vez alegres, porque podremos descansar después de tantos años", confiesa a este periódico.

El Racimo no solo es conocido en la Trinidad y el Perchel, sino que ha dejado huella en la ciudad de Málaga y más allá: "Lo conocen fuera de Málaga. Yo he estado en La Habana y me han reconocido. Así que fíjate tú si es conocido", cuenta Miguel.

Con este cierre, La Trinidad pierde a uno de sus icónicos y más longevos establecimientos.

Ahora en la fachada de El Racimo se divisa su futuro: una nueva promoción residencial en que serán construidos sobre el solar colindante al bar.

La promotora Aljonoz de Promociones SA es la encargada de impulsar este proyecto de seis viviendas repartidas en dos plantas y cuyos precios oscilan entre los 280.000 euros a los 400.000 euros.

Imagen promocional de un dormitorio de un dúplex.

Imagen promocional de un dormitorio de un dúplex. / La Opinión

Mientras que la edificación histórica del Racimo será rehabilitada y pertenecerá a otro propietario.

Una noticia que no agrada a todos por igual: "Me encantaría que la esencia de El Racimo se mantuviera y que no se borrará con pisos de nueva construcción", crítica una clienta.

A lo que añade otro: "Pase lo que pase, esta esquina y este espacio siempre será el de El Racimo, aquí no acaba su historia".