Keko Gontán ha vuelto a recuperar la sonrisa -si es que algún día llegó a perderla- y deportivamente ha comenzado a justificar la importante inversión que el Málaga realizó por él este verano. El extremo madrileño fue la gran apuesta de Francesc Arnau y el club de Martiricos se gastó cinco millones de euros para que fuese uno de los puntales del equipo que tenía que dirigir Juande Ramos.

Pero Juande Ramos se marchó a los cuatro meses de comenzar la temporada y Keko ha estado más de tres en el dique seco. Ahora, sin Juande ya en el banquillo y él recuperado totalmente de su grave lesión muscular, el extremo madrileño comienza a despegar. El propio jugador asegura que aún no está ante su mejor versión, que aún le falta un poco para ser aquel jugador que volvió a sorprender al fútbol en el Eibar, pero su puesta en escena ante Espanyol, Villarreal y, sobre todo, el lunes contra Las Palmas, comienzan a dar la razón a los cinco kilos que costó.

Porque en la victoria ante el conjunto insular, Keko fue el mejor. El ataque del Málaga se volcó por su banda, donde fue un constante quebradero de cabeza para su marcador. Apenas erró un pase en los 73 minutos que estuvo sobre el césped (90,3% de efectividad), dio una asistencia de gol a Charles en el 2-1 y se marchó ovacionado por una hinchada que ya empieza a ver de lo que es capaz aquel jugador que tanta expectación creó el día de su presentación junto a Jony Rodríguez, al que aún se le espera.

No solo eso, entre las muchas cosas que hizo bien Keko ante Las Palmas también destaca el aspecto defensivo. Y es que, pese a que sus condiciones y posición en el campo son meramente ofensivas, el lunes se destapó con doce recuperaciones de balón, siendo el jugador del Málaga que más robos consiguió, por delante incluso de Ignacio Camacho, auténtico especialista en estas lides.

Y es que, al madrileño antes de ayer le salió casi el partido perfecto, solo le faltó la guinda del gol. El Gato Romero, consciente de la importancia que ha adquirido en el ataque malaguista, ha ido dosificando los minutos de Keko desde que regresó tras su lesión. Jugó 35 minutos en El Sadar, 25 minutos ante el Espanyol y 65 y 73 minutos respectivamente, ambos como titular.

Ahora, el carismático rubio del Málaga tiene un partido importante ante el Eibar, no solo por lo que se juega el Málaga, sino también por el componente emocional que implica para él jugar ante su exequipo, el que le dio la posibilidad de volver a la élite del fútbol nacional.

«Empiezo una semana bonita, como son todas en Primera División, y personalmente bonito volver a reencontrarme con un sitio que fue mi casa, donde me sentí muy a gusto y donde todavía me siento muy querido», aseguró ante la cita del sábado en Ipurúa.