Javier Ontiveros (9 de septiembre de 1997, Marbella) ha comenzado como un tiro la temporada. El canterano parece que de una vez por todas ha decidido centrarse exclusivamente en lo que mejor sabe hacer, jugar al fútbol, y olvidarse de asuntos extradeportivos. 'Onti', que ha sido incluido en el once ideal de la jornada 5 en LaLiga 123, ha recogido el guante de Muñiz y quiere seguir siendo importante. Mientras todos sus sentidos estén centrados en el fútbol, él sabe que en Segunda División es un jugador casi imparable. El técnico asturiano, que ha sabido reconducirle esta pretemporada, también es consciente de su potencial y está sacando del canterano todo su fútbol, que es muchísimo.

Vaya arranque liguero del equipo, ¿se esperaba un inicio tan bueno?

La verdad es que no. Esperábamos un buen arranque, mostrándonos competitivos contra todos los equipos, pero este cinco de cinco en victorias ha sido una sorpresa. La verdad es que el equipo está muy fuerte atrás y arriba hacemos lo que nos pide el míster, que es apretar fuerte. Dejar la portería a cero tantos partidos está siendo lo más importante y queremos seguir así.

Esa faceta defensiva y de presión de la gente de ataque de la que habla está siendo significativa en usted, ya que nunca se le había visto tan comprometido en tareas defensivas en temporadas anteriores...

El míster nos dijo a todos los compañeros de arriba que quien no trabajara atrás no iba a jugar. Yo no tenía ninguna intención de quedarme fuera y por eso estoy trabajando en defensa como nunca, quiero jugar el mayor número de partidos posible.

De descarte a casi imprescindible en el once de Muñiz que está invicto... qué de vueltas da la vida, ¿no?

Al principio de verano, cuando empezamos la pretemporada, toda la plantilla partía de cero, todos teníamos posibilidades. A mí me dijeron que me estaban buscando equipo, pero yo quería seguir en el Málaga y pelear por un puesto aquí. Estoy muy contento de haber podido conseguir seguir en el equipo, porque quiero llevar al equipo de mi tierra a Primera División.

¿Se vio fuera del equipo este verano?

Fuera, fuera, no me vi, pero sí es cierto que cuando escuchaba eso de que me querían buscar equipo me puse nervioso. Yo no quería irme del Málaga de ninguna de las maneras. Al final, con trabajo y esfuerzo, todo se consigue.

En pretemporada se le vio diferente, con muchas ganas, ¿siente que tiene muchas cosas que demostrar?

Claro. Tenía que demostrarle al míster, a Caminero y a todo el malaguismo que estoy comprometido. Si no demostraba eso estaba con un pie y medio fuera del equipo.

¿Qué terapia ha hecho Muñiz con usted para recuperarle para la causa?

No creo que recuperar sea la palabra adecuada, pero Muñiz habló conmigo el primer día, me dijo que si trabajaba y me esforzaba al máximo iba a ser importante para el equipo, y así he hecho. He seguido su consejo y no le estoy fallando, estoy demostrando que puedo jugar donde él me ponga.

¿Piensa que es su salto definitivo y que esta oportunidad no se le va a escapar?

Oportunidades en el fútbol hay pocas y yo por desgracia ya he desperdiciado algunas. Por eso sé que este año no se me puede escapar y tengo que dar mi mejor nivel en todos los partidos. Quiero ayudar al Málaga a ascender a Primera, sería un paso muy grande para el club y para mí en lo personal.

Tras el fallo del Lugo y su expulsión con el Alcorcón, ¿temió que su temporada se fuera de nuevo a pique?

El fallo de Lugo la verdad es que fue un palo muy duro, porque en el descanso el míster me cambió. Todo el mundo falla, pero el míster decidió sustituirme... Luego contra el Alcorcón salí desde el banquillo y en una acción por querer parar el partido para que no nos hicieran una contra en el minuto 90 me sacaron roja. Pero eso ya está olvidado, ahora estoy muy contento y con ganas de seguir y de que llegue el partido del domingo contra Las Palmas.

¿Considera que por su pasado a Ontiveros todos sus errores se le miran con lupa?

No es que se mire más, pero como yo ya he tenido varios problemas dentro del equipo sí que se mira más, es una consecuencia. Si no hubiera pasado nada conmigo en el pasado no tendría todo tanta trascendencia, ni se miraría tanto.

Para entender al Ontiveros que vemos hoy liderando al Málaga CF en Segunda División quizás es necesario viajar a la pasada temporada y conocer lo qué pasó. ¿Cree que se fue justo con usted cuando se le apartó del equipo?

Fue justo porque yo hice las cosas mal y de los errores se aprende. Fue un palo muy duro para mí y del que me costó recuperarme. Eso ya pasó, pero lo recuerdo todo como un palo súper duro para mí.

¿Qué aprendió entonces de esa situación?

He aprendido que las oportunidades hay que agarrarlas. Son pocas y como las desaproveches el tren deja de pasar. Hay que coger el tren y llevarlo a lo más alto posible.

En esa tesitura, ¿lo mejor era un cambio de aires y marcharse cedido al Valladolid?

Sí. Yo lo estaba pasando muy mal por todo. Se me dio la espalda por lo que pasó y porque yo me lo gané, yo solo. Pero eso no quita que lo pasara mal. También mi familia sufrió mucho. Quería salir y tener tranquilidad. Fui al Valladolid, donde me transmitieron mucha confianza. Allí estuve muy a gusto.

¿En Pucela se reencontró consigo mismo y con el fútbol?

Sí, un poco sí. Cuando llegué el primer día todos en el vestuario me acogieron como uno más en la familia. A partir de ahí fueron todos buenos momentos. El ascenso que logramos fue una pasada. Con los pocos años que tengo ya puedo presumir de un ascenso, es para estar muy contento.

Pero al mismo tiempo que lograba el ascenso a Primera con el Valladolid el Málaga certificaba el descenso a Segunda, ¿usted se siente culpable también de la pérdida de categoría del Málaga?

Por supuesto. Yo jugué la primera vuelta con el Málaga, era parte del equipo. Tanto yo como el resto de jugadores que salieron en el mercado invernal tenemos culpa del descenso. A la vez en el Valladolid me siento partícipe del ascenso. Por un lado estaba contento y por otro muy triste, son circunstancias que te da la vida y el deporte.

Precisamente, ahora en el vestuario es uno de los que más experiencia tiene en Segunda y sabe bien lo que es luchar y alcanzar los objetivos, ¿se siente con galones para alzar la voz o dar consejos?

Qué va, para nada. Yo en el vestuario soy súper tímido, igual de tímido que cuando me toca hablar en rueda de prensa o en una entrevista. Soy de los que menos habla en el vestuario, a mí me gusta hablar en el campo. Lo paso mal cuando me toca hablar en público. Yo escucho a todos los que me hablan pero yo no suelo decir nada ni comentar nada.

El Málaga, recién descendido, mayor límite salarial, más socios que nadie? ¿El ascenso es el único objetivo?

Claro, todos en el vestuario sabemos que el objetivo es el ascenso y más con la buena dinámica con la que hemos empezado la Liga. No podemos bajar el ritmo porque vendrán rachas malas. Igual que ahora estamos en una positiva también vendrán negativas. Tendremos que pasarlo mal.

Y ahora llega Las Palmas, un rival directo, duelo entre el primero y el segundo... ¿el mejor partido de la categoría?

Las Palmas es un equipazo. Lo hemos estado estudiando y tienen un gran equipo. Va a ser un buen partido para demostrar que el Málaga está fuerte. Vamos a intentar dar todo lo posible para traernos los tres puntos para casa.

En Las Palmas tratan el choque como una final, ¿son conscientes en el vestuario que la UD les tiene ganas?

Es que el rival a batir ahora mismo somos nosotros, con cinco de cinco victorias estamos fuertes en la tabla. Ellos, como te decía, tienen un buen equipo y van a querer ganarnos. No podemos ir confiados. Si jugamos con la intensidad de los partidos anteriores podemos traernos los tres puntos.

El Málaga está teniendo muchas lesiones en las bandas, ¿a qué se debe?

Somos muchos jugadores de banda, en el mercado se ficharon muchos jugadores para esa posición. Los que están lesionados pronto volverán y nos harán más fuertes, tendremos más competencia.

De los nuevos compañeros, ¿quién es el que más le ha impresionado?

Hay dos jugadores, N'Diaye y Blanco Leschuk. No había visto en lo que llevo de profesional tanta fuerza física como la de ellos, son dos auténticos bichos.