Para este Málaga CF que ha caminado con paso firme en casa, jugar lejos de Martiricos se ha convertido en un problema. No sabemos si mayúsculo, pero de momento es un incordio tener que ir a defender por los campos del fútbol patrio su liderato, su condición de equipo a batir y también sus magníficas prestaciones tras el primer cuarto de temporada.

Hoy toca saber si el Málaga CF ha aprendido la lección de hace 15 días en el Martínez Valero. Conocer si la derrota con el Elche, que entonces iba en puestos de descenso con una racha negativa, ha servido a la plantilla como toque de atención, como ejemplo de lo que le espera en el futuro, en campos como el de esta tarde en El Sadar.

Porque el Málaga CF que se pasea cuando juega en La Rosaleda no es el mismo que juega lejos de casa. Y no puede salir con la misma intensidad ni con la misma mentalidad. Tiene que aprender el conjunto de Muñiz a sufrir, a picar piedra y a especular con el resultado al máximo en cada partido lejos de casa. Sólo así podrá volver a ganar en esta Liga 123, que se muestra sumamente competitiva con el actual líder cuando juega a domicilio.

De hecho, las tres últimas salidas malaguistas se han saldado con un empate y dos derrotas. Cayó en Las Palmas y en el ya mencionado de Elche, y empató en La Coruña. No gana desde el 3 de septiembre, en Almería. Y vencer esta tarde en tierras navarras sería volver a dar un golpe sobre la mesa.

Porque este Osasuna es fuerte en su feudo, con el calor de su gente. En su campo sólo ha concedido dos empates. Y afilan cuchillos con la llegada del líder. No será una visita plácida a tierras pamplonicas.

Los locales pierden a Oier Sanjurjo, jugador clave en el centro del campo rojillo. Y Arrasate, que fue pretendido para fichar por el Málaga CF ante la posible renuncia de Muñiz, prepara alguna trampa a los blanquiazules.

El Málaga CF, por su parte, también ve cómo la enfermería comienza a llenarse. El último en caer es Diego González, que sufre molestias y está pendiente de pruebas. Pero su baja ha propiciado que se suba al barca el penúltimo pasajero en poder subirse, que era Miguel Torres. El madrileño, que estuvo más fuera que dentro este pasado verano y que ha venido arrastrando una larga lesión muscular, ahora ya comienza a sumar en clave blanquiazul tras entrar en su primera convocatoria de la temporada.

Es muy posible que ni juegue, pero el hecho de que el excapitán aparezca en la lista de 18 jugadores que viajan hasta Pamplona es sumamente llamativo.

El resto, los mismos convocados. Y de hecho, se espera que también sean los mismos once jugadores que ganaron con solvencia al Numancia, los que salten de inicio contra el Osasuna.

Las esperanzas, qué duda cabe, están puestas en la pareja Blanco-Koné, que maravillaron la pasada jornada y que ahora amenazan al Osasuna. Podría ser una buena jornada para sumar y continuar abriendo distancia.