Otro batacazo lejos de La Rosaleda. El Málaga vuelve a cometer los mismos errores que en sus últimos partidos fuera de casa y cae ante un Extremadura, que se encontraba en puestos de descenso, tras el gol de Kike Márquez en casi la única ocasión que tuvieron los locales en todo el choque.
Una vez más, el Málaga no fue ni la sombra de lo que es en casa en los primeros 45 minutos. Un equipo plano, sin ambición y que solo se dedica a defender bien y a esperar alguna ocasión. Con eso no suele bastar, y fruto de esa parsimonia recibió el primer golpe a los 32 minutos de partido.
Tras una salida errática de Munir, Kike Márquez aprovechó el rechace para clavar un golazo desde la frontal, nada pudo hacer el meta en este caso, que vio como la pelota se colaba por la escuadra. Varapalo merecido para un Málaga que necesitaba reaccionar si quería sacar algo positivo de su visita al Francisco de la Hera.
Pero la reacción no llegó. Al conjunto extremeño le valió con guerrear el encuentro y asegurar el resultado para llevarse el gato al agua. Cierto es que los de Muñiz tuvieron tres ocasiones claras de gol en la cabeza de Blanco Leschuk, en dos ocasiones, y Pau Torres, pero la falta de puntería y una gran intervención del meta local evitaron el empate.
Un Málaga inoperante en ataque, que llegó incluso a desesperar, fue incapaz de ni siquiera igualar la contienda con 60 minutos por delante ante uno de los rivales más flojos de la categoría, que a base de oficio se llevó el partido.
El Málaga tiene un serio problema lejos de Martiricos que tiene que solventar más pronto que tarde si quiere tener opciones reales de ascenso directo. Una vez más se ve superado por su rival cuando actúa de visitante y pierde una oportunidad de oro para recuperar el liderato. Ahora, se queda tercero y la próxima semana recibe en casa al Granada en un derbi andaluz por todo lo alto en la categoría.
