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Ponferradina 2-0 Málaga CF: directos al infierno de la RFEF

Dos tantos de Yuri en el último tramo del encuentro le dieron la estocada definitiva al conjunto de Martiricos, que volvió a pisar el césped con la más absoluta indolencia y que ya tiene pie y medio en el fútbol no profesional

Beatriz T. Reyes

¿Se acabó? No según las matemáticas, pero puede ser la primera vez en toda la temporada que la cabeza y el corazón vayan en la misma línea. En el día más importante del año y con la responsabilidad de defender el escudo del Málaga CF, con todo lo que significa, los jugadores se despidieron prácticamente de la categoría después de perder ante una Ponferradina (2-0) que, en caso de caer, podría haber certificado ya su descenso. Pero mejor dejarse ir...

Ahora sí. Habría que esperar a multitud de carambolas, aunque la condena ya parece casi definitiva. El fin de semana no pudo ser peor. El Leganés le ganó al Huesca (2-1) y el Villarreal B, comandado por Javi Ontiveros -al que nunca se le habían visto tantas ganas de marcar un gol-, también cumplió contra el Sporting de Gijón. Sin embargo, y una vez se conocían todos los antecedentes, no se vio ninguna voluntad y ambición por salir a arrasar en El Toralín para hundir matemáticamente a la Ponfe y tener esperanzas por la permanencia.

El Málaga CF salió de inicio con las novedades del regreso de Alfred N'Diaye y la vuelta de Lago Junior. El costamarfileño ya la tuvo en el segundo 35 con un disparo desviado. Era la 'madre' de todas las finales para ambos equipos y por momentos lo pareció para mal porque una acción de contraataque entre Villalba, Rubén Castro, Lago Junior y N'Diaye acabó en despilfarro después de que se pusiesen a pasarse el balón en vez de disparar a puerta, como quien juega a que la pelota no toque el suelo.

En ataque no se sufrió mucho durante la primera parte. La mediapunta berciana era de gran calidad, pero al llegar al área no sabían qué hacer. Una vez recuperado el balón y superada la primera línea de presión, siempre se encontró campo por el que atacar. Un remate de Escassi por alto, Lago Junior al lateral de la red... opciones hubo, pero sin pegada, como casi siempre.

No hubo que lamentar casi ninguna gran acción de la Ponferradina. A excepción de un disparo muy desviado de Agus Medina y algún córner, nada de nada. Pocas veces sobrepasaron la zona de tres cuartos blanquiazul. El gran problema fue que las sombras de Ramón y Chavarría pesaron mucho. Sobre todo cuando no hay un capitán que dirija el timón del barco ni una referencia como el argentino en el área para rematar o para provocar una segunda jugada. 

De mal en peor

En un primer intento por buscar más frescura en ataque, Pellicer dio entrada en la segunda mitad a Álex Calvo por Esteban Burgos, amonestado. Por lo pronto, ya le puso corazón y garra al encuentro. Se creció el Málaga CF con la aparición del juvenil. No obstante, los locales, concienciados de que de nada les servía el empate, empezaron a dar pasos hacia delante. Solo el '26' tuvo en su zurda poder batir a San Román, que lo detuvo con una gran estirada.

A partir de ahí, se abrió el partido. Atacaron los malagueños y respondieron los de El Bierzo. Tuvo que ser el más joven el que despertó a sus compañeros porque los que tienen ficha profesional... en contadas ocasiones demostraron que tenían hambre y ambición como para ir a ganar el encuentro. ¿Se ha salvado algún equipo pasándose solo el balón y atacando con la mirada? Ya ocurrió en el empate ante el Huesca y debería haber quedado la lección aprendida. 

Y es que no salió absolutamente nada. Entró Gallar, le dio un pase magistral a Rubén Castro y mandó al balón al quinto anfiteatro. Una pesadilla constante. Todo era impotencia hasta que se consumó el gran desastre. Yuri cogió el balón y, con cinco rivales por delante, siguió conduciendo la bola hasta Rubén Yáñez, como Moisés abrió las aguas porque todo el mundo se fue retirando. Así que cogió su pierna derecha y la puso en la esquina (1-0) en el minuto 76.

Por si quedaba algún tipo de ilusión por remontar, después de volcar Pellicer a los suyos en el córner, llegó la estocada final. Otra vez Yuri, él sí aprovechando y demostrando tantos y tantos años de experiencia, recibió un pase al hueco, controló y anotó el segundo tanto (2-0).

Han sido los propios jugadores los que se han dado un tiro en el pie y el adiós definitivo podría llegar nada más y nada menos que el próximo sábado en La Rosaleda, contra el Mirandés. Ya llegará el día para evitarlo. Por el momento, solo les queda dar las gracias a esas más de 700 personas que se dieron cita en Ponferrada y pedir perdón.