Nació un 23 de abril cuando su llanto se mezclo con los ecos de la Semana de Pasión en la calle Hornos. Transcurridos 62 años José Matas Aguilera se ha convertido en uno de los imagineros y ebanistas que procesionan sus piezas por esa Semana Santa de Antequera paralela, donde los protagonistas son los más pequeños. Su niñez estuvo muy ligada a la Cofradía de la Pollinica, cuyo padre fue uno de los fundadores.

El tradicional desfile de los conocidos como Tronos Chicos lleva años asentado en la Ciudad del Torcal, realizando su paso procesional días después de la Semana de Pasión, con decenas de niños portando sobre sus hombros los tronos.

José, como participante e impulsor de este evento en los últimos años, recibió este sábado de manos del Ayuntamiento de Antequera un reconocimiento, a través de un Efebo.

Y es que cuarenta años después de abandonar Antequera para trasladar su residencia a Cataluña, José se siente más cerca que nunca de su tierra, y promociona por el norte «lo que se siente cuando se vive la Semana Santa de Antequera».

Su profesión de comercial en una multinacional de productos químicos, durante 36 años, le ha llevado a recorrer muchos lugares, por donde ha destacado su origen antequerano por bandera.

Este imaginero y ebanista comenzó su carrera como un hobby en el año 2000. Todo comenzó con la intención de dar respuesta a su sobrino, quien le anunció su sueño de sacar a hombros la Santa Cruz de Jerusalén de la Cofradía de Arriba, que José realizó a escala.

Quince años después ocho tronos emanados de las manos artesanas de José procesionan por las calles de Antequera. La Santa Cruz de Jerusalén de la Cofradía de Arriba, el Cristo de la Columna, la Pollinica, el Señor del Mayor Dolor, la Virgen de la Paz, el Nazareno de la Sangre de la Cofradía de los Estudiantes, el Niño Perdido de la Cofradía de Abajo, y Jesús Ayudado por el Cirineo de la Cofradía de Arriba. Este año los más pequeños portaran su nueva creación: la Virgen del Socorro.

«Vimos la ilusión de los niños y fue motivo suficiente para que continuará construyendo», explica José, quien destaca su pasión por la escultura, señalando las figuras en cerámica que hacía de pequeño. Ahora este material ha sido sustituido por la madera, con el que elabora Cristos y Vírgenes.

La camarera de honor de esta peculiar cofradía es la mujer de José, Remedios, la encargada de elaborar las túnicas o sayas a las imágenes.

Pero aquí no se queda la trayectoria de este imaginero antequerano. El sueño de José es fabricar una réplica a escala de los 27 tronos que cada Semana Santa desfilan por Antequera y abrir un lugar «donde todos puedan disfrutar de los tronos».

Y es que tras su jubilación se ha propuesto hacer dos tronos anuales. «Me siento igual de estresado que cuando trabajaba, porque no paro», comenta entre risas.

José Matas recorre 966 kilómetros desde Cataluña a Antequera para disfrutar de la semana grande cofrade, porque asegura «es la mejor del mundo, por la intensidad con la que se vive».

Tanto es así, que a pesar de considerarse «un hombre de ciencia» y reconocer que su amor por esta celebración se asienta en la vía artística y no en la religiosa, asegura que «cuando vivo la Semana Santa de Antequera es cuando realmente me siento andaluz».

Andaluces, pero sobre todo antequeranos esperan con entusiasmo el día que se pueda visualizar todos los tronos de la Semana de Pasión de Antequera a escala.