­El cultivo de la matalahúva o anís, que se concentra en la comarca de Antequera en más de un 95 por ciento, experimentará esta campaña una importante merma debido a la sequía y las altas temperaturas sufridas en los últimos meses. En este sentido, la producción de esta hierba que se cultiva sobre el mes de febrero para ser recogida en julio, caerá en torno a un 30 por ciento aproximadamente respecto al año anterior.

Unas 350 toneladas esperan recoger los más de 200 agricultores de la provincia de Málaga , cuyas hectáreas se concentran mayoritariamente en los municipios de Teba, Ardales, Campillos, Sierra de Yeguas, Villanueva del Trabuco, Almargen, el Valle de Abdalajís o la pedanía antequerana de la Joya.

Casi el 100 por cien de la matalahúva cultivada en la provincia pasa a manos de la empresa Anís en grano Sancho de Villanueva de Tapia, que compra a los agricultores la hierba tras el seguimiento de sus tierras.

«Las altas temperaturas afectan muchísimo a la producción, porque normalmente coinciden con la floración de la planta, es decir, con el momento que se forma el grano. Esto provoca que no llegue a formarse o pierda calidad», lamenta Francisco Sancho, socio de Anís en grano Sancho, quien augura una de las campañas «más pobres» este año.

A pesar de ello, se prevén producir unas 500 toneladas de matalahúva. Y es que esta empresa no sólo se surte de la hierba cultivada en la provincia de Málaga, también adquiere el anís en grano de Sevilla y Córdoba, convirtiéndose en el principal distribuidor de España con una facturación de 1,2 millones de euros anuales.

Asimismo, esta firma es el principal proveedor de una de las marcas más famosas del mercado como es Anís del Mono, pero también La Asturiana y el anís de Rute. Sin embargo, la matalahúva malagueña no sólo se comercializa en nuestras fronteras. Los europeos y americanos están encandilados por la hierba cultivada en la región, que se consume en Italia, Suiza, Alemania, Holanda y Francia, pero que también cruza el charco hasta Uruguay, Paraguay y EEUU.

Esta empresa malagueña convierte a la provincia de Málaga en el principal importador y distribuidor en Europa del anís producido en Siria, Turquía y Egipto. Aunque esta circunstancia ocurre cada 15 años cuando escasea el producto autóctono.

«La calidad del producto español es mejor que la de estos países, pero cuando tenemos escasez tenemos que seguir cumpliendo con nuestros clientes y vendemos esta matalahúva», apunta.

Anís en grano Sancho es una de las empresas más antiguas de toda España, con tres generaciones dedicadas a la matalahúva. Desde 1940. Sus primeros pasos los dio el abuelo de Francisco Sancho, quien junto a su hermano tomaron el testigo a su progenitor. «El secreto de nuestro éxito es que todos nos conocen y nos compran», señala.

De otro lado, un buen anís necesita una buena matalahúva por ello esta empresa malagueña la analiza en un pequeño laboratorio para comprobar si es óptima para destilar, ya que para ello debe estar limpia de malas hierbas. El resto de matalahúva se destina a especias e infusiones.

Aunque, como curiosidad -explica Sancho- los suizos utilizan la matalahúva como ingrediente de los medicamentos para quitarle el mal sabor.

La forma de trabajar de los agricultores del anís ha cambiado a pasos agigantados. De la mano humana ha pasado a ser recogidos por máquinas. A pesar de ello, es un cultivo libre de herbicidas al igual que lo fue antaño.