­El drama que está viviendo un vecino prejubilado de 57 años de Alozaina, José Merino, sólo acaba de empezar. Estos días espera las máquinas que por orden judicial derruirán las seis naves de aperos que construyó hace diez años en Yunquera con los ahorros de toda su vida. «Me encadenaré a la nave de aperos para evitar que me arruinen la vida», anuncia Merino, quien insiste en que impedirá que le quiten lo suyo «porque las naves son legales».

La denuncia de un vecino por sobrepasar los 40 metros cuadrados le trae de cabeza desde hace ocho años. El juez ordenó la reducción de las naves para cumplir la legislación. Orden que ha cumplido, aunque la tardanza en hacer realidad esa sentencia llevó al tribunal a dictar la demolición de las seis naves de aperos a pesar de que el Ayuntamiento ha emitido un informe que confirma que ha demolido lo construido de más.

José Merino lamenta que el juzgado tenga en cuenta el informe de la Junta de Andalucía que dice que tiene que derribar las naves de aperos por estar en «tierras improductivas».

«Por la Sierra de las Nieves habrá por lo menos 50 naves de aperos que son más grandes que las mías. Yo llevo pagando el Impuesto de Bienes Inmuebles de estas naves 10 años como si fueran viviendas. Podría pagar 30 euros por cada una y pago casi 200 euros y encima me las van a derribar», lamenta este vecino, que afirma irónico que «las máquinas van a llegar en Navidad para terminar el año bien».

José Merino denuncia que «la Junta de Andalucía trata de forma diferente a las personas del campo y beneficia a los grandes urbanizadores de la Costa porque a ellos no les tiran las naves ni las casas abajo».

«Tengo depresión porque he invertido todos los ahorros de mi vida y con la pensión de jubilación que tengo no me llega, y encima me hacen esto. Me costará derribar cada nave de aperos 4.000 euros cuando cada una me costó 30.000 euros», concluye este vecino, que asegura sentirse frustrado por no poder dar todo lo que necesita a sus dos hijos, de 12 y 10 años, el más pequeño paralítico y con síndrome de George, una enfermedad rara que le ha provocado una discapacidad del 93 por ciento.

Por su parte, el portavoz del colectivo Save Our Homes in Axarquía (Soha), el belga Mario Blancke -alcalde de Alcaucín por Ciudadanos-, apoya a este vecino de Alozaina y lamenta su circunstancia.

Blancke afirma que «esta no va a ser la última injusticia que se haga en este tipo de casos», por lo que reclama a la Junta de Andalucía la modificación de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA).

En este sentido, se muestra sorprendido del informe de la Junta de Andalucía que dicta demoler las naves «ahora que las ha legalizado. No tiene sentido. Es una injusticia».