Los hermanos Lima, hijos del cristalero del municipio, son los organizadores de este evento que aúna todo tipo de vehículos clásicos aquellos que fueron, en otro tiempo, la vanguardia y el deseo de muchos conductores y los denominados racing coches utilitarios preparados para competición.

Miguel se dedica al negocio familiar y Francisco imparte clases de geografía en la UMA. El padre de ambos cuando fue adolescente comenzó a trabajar en un hotel marbellí. Pero el sueldo no le daba para alquilarse una habitación ni para ir y venir al pueblo tras la jornada laboral como camarero en el Hotel Don Carlos, «y por eso se compró, con mucho esfuerzo, un Seat 124 ‘faro redondo’ -el más normalito-, donde dormía de noche, se aseaba en las duchas de la playa y en los días libres volvía para ver a mi madre, cuando eran novios» relata Francisco Lima. Un coche que fue su cama, el medio para trasladarse cada semana a Casarabonela para ver a su novia, el que llevaron en su boda y con el que se fueron de viaje de novios. «Pero mi padre después del hotel trabajó en una carpintería de aluminio y acabó emprendiendo el mismo negocio en el pueblo. Así que tuvo que vender a ‘la loca’, con todo el dolor de su corazón, para comprarse una furgoneta para la cristalería. Pero él nunca olvidó este coche, fue como su segunda novia y así me lo contó durante muchos años», continúa contando Miguel.

Cuando Miguel cumple los 17 años comenzó a estudiar para obtener el permiso de conducir y le traslada a su padre que el coche que él quiere es un Seat 124. Ante la insistencia y como regalo de Reyes el padre le compra un viejo 124 con el que Miguel iba presumiendo por todos los pueblos aunque era, como reconocen los hermanos, una tartana. Padre e hijos durante años van a las carreras de autos racing y conocen a otro aficionado de Coín con quien entablan amistad. Este amigo años más tarde «le anuncia a que iba a Bornos, Cádiz, porque va a comprarse una ‘loca’, es decir un Seat 124. El coíno le comienza a decir que la matrícula es Málaga 57… a lo que mi padre remata diciendo 32L. ¡Era el coche de mis padres! Incrédulo, el este amigo, tuvo que ver la foto de la boda junto a este mismo coche. Al final, se lo cedió, no lo compramos sino que lo cambiamos por una ventanas de aluminio», emocionado cuenta el profesor de geografía.

Los hermanos una vez recuperaron el coche del que su padre tanto les habló y del que estaba profundamente enamorado comenzaron a arreglarlo. No tenían conocimientos para reparar un coche tan antiguo y fue internet y las muchas idas y venidas a talleres de la zona para hacer preguntas las que ayudaron a estos dos jóvenes encariñados con este tipo de automóviles. Poco a poco le dieron a este viejo automóvil una nueva vida. Tras este primer coche vintage siguieron adquiriendo antiguas piezas que han ido recuperando hasta alcanzar la decena de vehículos renovados. Los clásicos son los preferidos por Miguel en cambio Francisco se decanta por los racing «En estos momentos tenemos más experiencia y maquinaría y por tanto los resultados son infinitamente mejores que cuando recuperamos aquel primer coche», destaca Francisco. En estos momentos Miguel está recomponiendo un Citroën Rosalía de 1933 y Francisco un Peugeot 205 que tiene su misma edad. Este legendario auto que veíamos en las primeras películas «no tenían documentación tal como la conocemos ahora sino lo que llevaban era una plaquita atornillada al motor y sellada por alguna institución de aquellos tiempos. Con los datos de esta placa descubrimos que su primer propietario fue el abogado Joan Servera Camps, ilustre de Manacor que nació en 1878 pionero del turismo en Mallorca y que entre otras cosas abrió al público las Cuevas de Drach en Palma de Mallorca». destaca Miguel Lima al que le gustaría encontrar alguna foto del primer propietario junto al mítico modelo.

Los hermanos dedican todo su tiempo libre a este hobby en el que también destinan gran parte de sus ahorros en este coche de los años treinta lleva tanto gastado que ha dejado de sumar facturas. Algunas piezas las encuentran en desguaces especiales o adquiriendo coches para desguazarlo y aquellas que no consiguen las han de crear a base de torno. «Por ejemplo, el Seat 1400B Especial lo compramos en Albacete y lo complementamos con piezas de otro que adquirimos en Almería», comenta Miguel. Cuando tienen que crear un motor desde cero interviene Antonio Manuel Rueda, suegro de Francisco, que es mecánico y concibe motores desde cero basándose en los modelos originales de un determinado automóvil. Este bólido de 1956 tuvieron que desmontarlo «tornillo a tornillo, recuperar cada una de las piezas y partes del coche y pintarlo para después ensamblar cada elemento de este coche. Podríamos comprarnos un vehículo ya restaurado pero nuestro disfrute es volver a recrearlo. Concretamente con el 1400 tardamos 3 años. Es uno de los que más trabajo nos dio y también de los que despierta más expectación cuando con él salimos a pasear. Pero los inicios fueron difíciles pues con nuestra poca experiencia, al principio, nos han engañado muchas veces», dice Miguel. Recrean desde el motor a las piezas que no encuentran e incluso las telas para confeccionar la tapicería. Los Lima subrayan que hay restauradores muy puristas otros que personalizan el modelo y ellos han llevado a término trabajos absolutamente fieles al original y otros en los que han querido innovar en algunos aspectos y acabarlo a su gusto.

Estos dos apasionados de los motores vintage han organizado 3 concentraciones de coches y motos de este tipo a nivel provincial pero en esta edición extienden el evento a todo el territorio español contando con el Club Amigos del 1400. Afirman que tras la adquisición de este modelo de la española SEAT, que estaba dado de baja desde el año 62 y por tanto han debido rehabilitar la documentación, se les han abierto muchas puertas a nivel nacional y la consecuencia es que en esta concentración esperan tener las visitas de propietarios de estos coches procedentes de Valladolid, Asturias, Barcelona, Valencia o Madrid y de muchos puntos de Andalucía. «Nos apuntamos al Club Amigos del 1400 y nos dimos cuenta que los más jóvenes éramos mi hermano y yo. Los socios «flipaban» con nosotros cuando conocían que nuestros coches los restauraban dos chavales de manera artesanal y con más pasión que conocimiento. Que gente con mucha experiencia nos valoren tan positivamente nos estimula a seguir recuperando coches o motos que muchos creen que se perdieron para siempre, que ya no existen», refieren los Lima.

En esta cuarta edición de la concentración de vehículos clásicos y racing participan entre 125 y 150 coches y motos, entre ellos Manuel Castro, propietario de un 1400 con una edad superior a 70 años que iba a salir desde Oviedo el miércoles entes de la concentración para Alozaina acompañado por su esposa y conduciendo más de 900 kilómetros con un auto de 1957.

Asimismo, entre los participantes, otra pareja de similares edades que vienen desde Barcelona, «a mi edad si me dicen que tengo que ir con mi 1400 a Santa Pola te diría tú estás chalao». Los participantes del Club de 1400 son los que han llegado de lugares más lejanos de la Pola de Silo en Asturias, de Rueda en Valladolid, de Madrid o Barcelona. También contamos con el Club de Seat 124 y Club Seat 600 o el Club Renault a nivel provincial y autonómico», precisan.