La magia de los amaneceres se cuela debajo de la piel y no se puede expresar en palabras. Nos recorremos kilómetros, a veces medio mundo, para captar con nuestros ojos las salidas de sol más exóticas y emblemáticas. La lista de lugares con potencial para deslumbrar con su singular belleza es larga y variada: el monte Fuji en Tokio, el Sunrise Beach en Florida, la Isle of Skye de Escocia o la Plaza de San Marcos en Venecia. Eso, por poner solo algunos ejemplos. Tan parecidos todos, pero radicalmente distintos a la vez. Sin embargo, no hay que ir tan lejos. Un espectáculo similar, que no le tiene nada que envidiar a estos lugares más bien lejanos, está a la vuelta de la esquina y accesible para todo el mundo. Lo encontramos en una de las principales joyas que ofrece Antequera y la provincia de Málaga: El Torcal.

Si una visita siempre merece la pena y nunca dejan de asombrar las rutas que se pueden acometer entre sus rocas milenarias, que nos recuerdan que había vida mucho antes de que llegara el ser humano, una salida temprana ofrece la posibilidad de contemplar uno de los mejores amaneceres que se pueden disfrutar en la provincia. ¿Y uno de los mejores de España? La Opinión de Málaga ha desafiado el frío y ha dejado que el dron haga su trabajo y capte el momento preciso en un día tan gélido como despejado.

Después de alimentar el aparato sensorial, se puede proseguir por uno de los muchos recorridos que ofrece este mar de piedras. Un laberinto rocoso que ofrecerá una flora y fauna muy singular. Es habitual cruzarse por el camino con cabras montesas que aparecen y desaparecen en un abrir y cerrar los ojos.