Trece años se cumplen este 2019 de la desaparición de la Virgen del Navazo -también conocida como Nuestra Señora de El Torcal- y de la destrucción de su altar. Se trata de una talla de la Virgen María colocada sobre una roca en la zona conocida como el Cortijo de Los Navazos en el municipio de Antequera.

Arropada entre yedras y a unos siete metros de altura, la imagen fue venerada por cientos de fieles desde 1981. Desde entonces fueron muchos los vecinos de la zona que se detenían a colocar flores, contemplar la talla o rezar algunas oraciones.

Fue en 2006 cuando todo se truncó. Supuestamente por el dueño de dicho cortijo, C. L. T, quien ahora tras años de pleitos, y después de que el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Antequera le diera la razón a los vecinos, tendrá que restituir la imagen. «Tras años de juicios y con la ayuda de nuestro abogado y de las comunidades cristianas del Sur del Torcal hemos conseguido que la imagen, que durante todos estos años hemos procesionando en un cuadro, vuelva de nuevo a su talla original, esta vez, de las manos del escultor malagueño Juan Vega, que hará la nueva imagen», aseguró Alonso Martín, de la Asociación Vecinos de Jeva.

Durante años, la imagen se instaló en una zona cercana a una propiedad privada, pero con el traspaso de los terrenos a otras manos, en el año 2000, el nuevo dueño no simpatizaba con el trasiego de personas por lo que, según describe la sentencia, de fecha 6 de julio de 2010 del Juzgado de lo Penal nº 6 de Málaga: «El propietario del cortijo se dirigió a una zona, conocida como paraje las Herrizas, donde sobre un tajo se ubicaba una imagen, que había sido colocada en dicho lugar con la autorización del anterior propietario de la finca, y tras atarla la bajó de las piedras y se la llevó».

Desde aquel día, recordó Martín, no apareció más que un resto de la cara de la Virgen y el borrego que la acompaña. «La Virgen desapareció y solo encontramos los restos destrozados de parte de la talla y del resto del conjunto que la acompañaba», aseguró este vecino del Sur del Torcal.

Los inicios de esta tradición se remontan a 1980 cuando el imaginero local Francisco Pérez Arcas donó a los vecinos de estas pedanías del entorno natural la imagen con la que comenzaron las romerías cada año, el primer domingo del mes de septiembre, así como la devoción y peregrinación al lugar de los vecinos de la zona.

Los vecinos, que celebran que el proyecto de la nueva imagen ya esté en marcha, preparan ya entusiasmados la próxima romería de septiembre. «Hace ya seis años en una reunión en la Joya con representantes de esta pedanía y de los Nogales se acordó compartir la custodia de la imagen en el momento que volviera, así cada año estará en un anejo y en septiembre la llevaremos en procesión por los caminos del Sur del Torcal, como lo hicimos siempre. Así la Virgen volverá a estar acompañada por los caballistas, romeros, en una gran fiesta verdialera», manifestó.