La de San Bartolomé es una pequeña plaza ubicada en pleno centro de la localidad de Antequera. El Ayuntamiento la ha remodelado recientemente pero los cambios acometidos durante las obras han dado mucho de que hablar entre los vecinos.

Y es que los vecinos que viven en torno a la nueva plaza han sido testigos de los inconvenientes que ha provocado la remodelación en el tráfico rodado. La plaza se presenta actualmente como un emplazamiento moderno y con una arquitectura bella, pero el carril que rodea la fuente ha quedado demasiado estrecho y con un trazado demasiado sinuoso.

El problema es que los vehículos, sobre todo los de gran tamaño, como los camiones de basura o servicios de mantenimiento de la ciudad, se ven en serios aprietos para poder atravesar la plaza.

Este problema ha llegado a causar incluso daños a los vehículos y a la misma plaza, puesto que los vecinos han sido testigos de que «ya han tenido que reparar los pivotes de hormigón en cuatro ocasiones porque los camiones no pueden pasar y se los llevan por adelante».

Otro de los problemas con los que se han encontrado los vecinos ha sido la reducción de las 16 plazas de aparcamiento de las que antes disponían en este entorno.

«Los que tenemos familiares mayores en el barrio y cada día debemos recogerlos o dejarlos, no tenemos donde dejar el coche», cuenta una vecina. «Más de uno se ha llevado una multa por aparcar sobre la acera» comenta otra de las vecinas de la zona, que se queja de las dificultades diarias que tiene para poder dejar y recoger a su madre.

«Me alegro por el premio a la accesibilidad universal de municipios que otorgaron recientemente a la ciudad, pero yo cada vez la encuentro menos accesible,y a mi edad me voy dando cuenta de que aún queda mucho por mejorar en Antequera» explica otro vecino, que se queja de las dificultades para bajar la compra del coche y dejarla en su residencia.

En general, los vecinos del entorno de la plaza de San Bartolomé están de acuerdo en que las obras han dejado la plaza preciosa para los visitantes pero insisten en que resulta muy poco práctica para los antequeranos que viven allí.