El paro convocado este jueves por el sector agrario para exigir precios justos en productos como el aceite de oliva, que conlleva una multitudinaria tractorada en el municipio de Antequera, detendrá incluso las actividades en un gigante agroalimentario como Dcoop. Así lo confirmó ayer esta cooperativa, al asegurar que cerrará este jueves todos sus centros de trabajo en la provincia, donde se halla tanto su sede social como varias fábricas, para «facilitar que los empleados» de este grupo se sumen a la protesta sin ningún condicionante.

Dcoop recuerda que las reivindicaciones por un precio justo para el aceite de oliva y otros productos agrarios parten de la convocatoria cursada por los sindicatos del campo, Asaja, COAG y UPA, además de las principales cooperativas. Y añaden que el pasado enero en Jaén, y en los próximos días en otras provincias, el grupo participará en las protestas para «poner en valor la actividad agraria» y reclamar a las administraciones que actúen para paliar y revertir la situación continuada de «precios críticos que ponen en peligro la supervivencia del campo».

Las organizaciones agrarias han convocado una tractorada en Antequera para exigir el apoyo al sector primario y que las administraciones «tomen conciencia de la gravedad del problema». Esta huelga servirá para demandar una vez más «verdaderas políticas» de apoyo a un sector estratégico de la economía española, que, además, «contribuye de forma esencial» al mantenimiento del medio rural y el espacio natural, según indicaron en un comunicado conjunto.

«La solución a los graves problemas del campo debe venir de una actuación conjunta y coordinada de todo el Gobierno de España», se encargó de expresar ayer en Sevilla el presidente de Asaja-Andalucía, Ricardo Serra, que instó al presidente, Pedro Sánchez, a «no echar balones fuera» y a tomarse este asunto con la seriedad que requiere, «porque está en juego el futuro del sector agrario y de todo el mundo rural».

«El hundimiento actual del sector agrario no responde a una única causa, son un cúmulo de factores los que provocan la pérdida de rentabilidad de las explotaciones, por lo que resulta pueril poner exclusivamente el acento en una de ellas», matizó al referirse a que en los últimos días el Gobierno central ha puesto el foco «en los grandes supermercados como los responsables de la crisis de precios agrarios».

Abundó en que los bajos precios en origen son un grave problema para los agricultores y ganaderos, y la mejora en el funcionamiento de la cadena alimentaria es, desde hace décadas, «objeto de deseo de todos los que se dedican a la actividad primaria. Sin embargo, cada pequeño intento de reforma choca con obstáculos e impedimentos legales y reglamentarios, por lo que centrar el foco no es más que un intento del Gobierno de España para echar balones fuera», alegó.