Su interior y sus servicios evocan a los baños musulmanes que hace unos siglos llenaban el centro de toda ciudad andalusí. Los baños eran mucho más que un balneario o un 'spa' actual. Era el ritual necesario para garantizar la pureza corporal, y por añadidura, la espiritual. Los musulmanes acudían a estos establecimientos tras limpiar sus almas en la mezquita. Es esa la razón que explica la cercanía de los baños con respecto a las mezquitas.