El 30 de mayo de 2013, la noticia de la muerte de Mario Biondomarido de Raquel Sánchez Silva, causó una gran conmoción. El cadáver del cámara italiano de 'Masterchef', que estaba a punto de celebrar su primer aniversario de boda con la presentadora de programas como 'Supervivientes' y 'Pekín express', apareció colgado en el salón de su casa de Madrid. Comenzaba así un caso que iba a dar mucho de sí, ya que se desencadería una guerra entre la viuda y la familia del fallecido, que desde el principio ha mostrado sus reticencias acerca de que se tratara de un suicidio, como consideraron el atestado policial y las investigaciones forenses, y hablan de asesinato. Diez años después de la tragedia, Netflix analiza la intrincada historia en la docuserie 'Las últimas horas de Mario Biondo', que estrena este jueves 3 de agosto.

El trabajo cuenta con el testimonio estrella de la familia del fallecido: su madre, Santina D'Alessandro; su padre, Pippo Biondo, y sus hermanos, Emanuela y Andrea, que detallan desde su relación con Sánchez-Silva a su lucha en los tribunales por demostrar su teoría del asesinato. Sin embargo, después del rodaje, el clan ha declarado que se sentían engañados porque no sabían que uno de los productores ejecutivos del documental era Guillermo Gómez, representante de Sánchez-Silva desde 2011 a 2022, que ofrece también declaraciones en esta docuserie dirigida por María Pulido.

La presentadora de 'Maestros de la costura' y del reciente 'reality' de Netflix 'Falso amor' ha declinado participar, aunque la serie incluye imágenes de archivo en las que habla del caso, como cuando justifica su rápida vuelta al trabajo después de la muerte de su marido. Ahora lo ve como "una decisión precipitada".

'Pésame patrocinado'

Es cuando se produjo el tan criticado 'pésame patrocinado', cuando en su primera conexión con 'El programa de Ana Rosa' después de la muerte de su marido agredeció todos los mensajes de ánimo que le habían llegado "gracias al Sony Xperia Z". Las redes y la familia Biondo se le echaron encima.

A través de reconstrucciones de los hechos, fotos y vídeos de archivo, material de investigación sobre el caso y una veintena de entrevistas con juristas, criminólogos y periodistas españoles e italianos, 'Las últimas horas de Mario Biondo' repasa el largo proceso que lleva recorrido este caso, que la justicia española cerró el 11 de septiembre de 2013 considerándolo un suicidio. Pero que el 11 de diciembre de ese mismo año los padres de la víctima lograron reabrir en Italia, cuando un juez autorizó la realización de una segunda autopsia. No sería la última, ya que hubo una tercera.

Detalle del cartel de la docuserie de Netflix 'Las últimas horas de Mario Biondo'. Netflix

Aparte del suicidio, ha habido numerosas teorías sobre la muerte de Biondo. Desde un juego erótico hasta que tenía problemas con las drogas. Hace un año, un juez de Palermo volvió a cerrar el caso, aunque dejó abierta la sombra de la duda. "Los elementos que se extraen del expediente del Ministerio Público sugieren que Mario Biondo fue asesinado por manos desconocidas y posteriormente colocado en una posición capaz de simular un suicidio", escribió el magistrado Nicola Aiello. Eso sí, la causa fue archivada debido a la imposibilidad de continuar con la investigación.

"Nadie ha defendido a Raquel"

"Su comportamiento no era el de una viuda afligida"; "Estoy convencido de que está implicada"; "Mi hijo está muerto y ella, disfrutando de la vida", "Si se hubiese casado con otra, Mario seguiría vivo. No hay día que no la maldiga", se escucha decir a los familiares de Biondo en la docuserie, donde la mayoría de testimonios refutan sus teorías sobre un asesinato y corroboran hechos que la madre del fallecido niega tajantemente. Como las voces de las dos personas que no dan la cara pero declaran que el cámara estuvo tomándose varias copas en un club de alterne en su última noche de vida.

Aparecen, por ejemplo, la criminóloga Roberta Bruzzone, que desmonta "la estafa" del informe de la empresa Emme Team, que concluía que Biondo no estaba solo la noche de su muerte; su colega Eduardo Navasquillo, que recuerda lo mucho que se enfadó la familia cuando su informe no corroboró sus suposiciones de asesinato; o el especialista en psiquiatría forense José Carlos Fuertes, que considera que cualquier psiquiatra hubiera recomendado que, tras una desgracia así, su viuda debía normalizar su vida cuanto antes. El que sí apoya la tesis de la familia es el investigador Óscar Tarruella: "Tengo claro que fue asesinado por unos indicios que su cuerpo expresa", apunta.

El más contundente es el exrepresentante de Sánchez Silva, que califica el interrogatorio del fiscal italiano a la presentadora de "salvaje, brutal y un acoso absoluto" y que desliza una pregunta: "En todos estos años nadie ha defendido a Raquel públicamente. Así que ¿dónde están todos esos amigos tan poderosos que [la familia de Biondo] dice que tiene?".