Con los ojos cerradosAdmirado señor Bono:

He leído en la prensa del 11 de julio una declaraciones suyas, en las que refiriéndose a Esperanza Aguirre textualmente dice: «Yo le cambio el patrimonio de mi familia por el de la suya a ojos cerrados.» Señor Bono, a usted insigne socialista y católico practicante no le corresponden semejantes propuestas; a una persona de su talante, trayectoria y militancia le sería más propio cambiar su patrimonio con un trabajador normalito, nunca con una acaudalada y aristócrata señora de derechas. Viendo que está dispuesto a cambiar patrimonio con lo ojos cerrados le propongo lo haga conmigo mismo, que, sin dudarlo, también los cerraré. Para que se haga una idea, someramente le informaré que mi trayectoria laboral se resume en muchos años trabajados, al igual que mi esposa y nuestro patrimonio es algo mayor que el del señor Chaves, lo cual, eliminado la modestia, es un gran mérito por nuestra parte.

A la espera de sus gratas noticias le saludo muy cordialmente.

PD: Recuerde, ¡Con los ojos cerrados!

Manuel Villena Lázaro. Málaga

No nos dejamos engañar por lo externo

En estos días hemos vivido el campeonato mundial del fútbol de una forma muy intensa sobre todo en España y hemos olvidado nuestras realidades que no son del todo positivas. Ahora volvemos a la realidad y tenemos que afrontar todo lo que viene y este evento no nos ha solucionado nada. Todo ha sido una apariencia.

La masa humana va de un lado para otro sin rumbo fijo, ahora sigue al fútbol, después a los artistas, a los concursos, programas del corazón en TV, los eventos, fiestas, etc.

¿Qué pasa con cada uno de nosotros cuando nos vayamos al más allá? Allí no hay campeonatos de fútbol, ni artistas, ni fiestas. ¿Cómo podremos vivir entonces allí?

Todo lo externo se desvanecerá y nos quedará solo lo interno, el espíritu. Si la persona está apegada solo a estas cosas externas sufrirá mucho. El ser humano que cuida su ser interno, viendo cómo es internamente, cómo actúa con los demás, cuáles son sus sensaciones y pensamientos y se cambia hacia la bondad y el amor hacia su prójimo, hacia toda la tierra y la naturaleza, podrá tener una vida plena en el más allá y no tendrá ningún sufrimiento.

La apariencia pasa pronto, la realidad siempre llega.

Josefa Navarro. Málaga