Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible, según frase atribuida como mínimo al político francés Charles Maurice de Talleyrand (siglos XVIII y XIX) y a los toreros Guerrita y El Gallo (siglo XX). No podía ser que las comunidades autónomas redujeran su déficit en casi la mitad y en un solo año, habida cuenta de las circunstancias. Y por tanto, no lo hicieron. Por ello su déficit global al terminar 2011 ha resultado ser el mismo que al empezar. Y es la causa de tres cuartos de la desviación global, la del 8,51% que ha llenado las portadas, con gran escándalo de vestiduras rasgadas. Pero, bueno: ¿alguien creyó de verdad que se podían cumplir los drásticos objetivos?

Vamos a recordar los elementos de contexto. Las comunidades se financian con impuestos cuya recaudación se ha visto afectada por la crisis. El servicio de la deuda se está llevando un bocado cada vez mayor, lo que deja una parte cada vez menor para el resto. De este resto, la mayor parte de destina a servicios esenciales como sanidad y educación, donde la ecuación entre ahorro propuesto y dolor producido (máxima queja al mínimo recorte) es difícil de gestionar. Añadamos a ello que se trataba de un año electoral, lo que convertía en inhábiles, a efectos de austeridad, los cinco primeros meses, y también gran parte de los posteriores, porque las dinámicas no se frenan de golpe. Un efecto tan criticable como gusten, pero cualquiera podía prever que eso iba a ser así.

El presente año, del que llevamos ya dos meses, no presenta el obstáculo electoral, pero los otros persisten. Estamos en recesión, habrá menos ingresos y llegarán mayores vencimientos de deuda. Para que las comunidades rebajen el déficit del 2,94 al 1,3 no bastará con amenazarlas con el coco; ni siquiera con el lobo feroz. La ventaja, a la hora de buscar soluciones, es que casi todas están en manos del mismo partido que el Gobierno central, lo que necesariamente debe traducirse en una capacidad de entendimiento en la que ninguna de las partes especule con cargarle el muerto a la otra.