Afirma Fernando Ortiz que «la felicidad puede representarse en la luz de la mesilla de noche encendida y, sobre ésta, el libro que estamos leyendo y que, casi desde el principio, nos depara tanto placer que ya andamos temiendo su final». El autor del Manifiesto andaluz por el Día Internacional del Libro sintetiza en esta frase el verdadero poder de la lectura: placer, noche encendida, temor a que acabe, felicidad. A lo que se puede añadir salud cerebral, fantasía, conocimiento, civilidad, y, contra el temor a su final, empezar un nuevo libro.

El 23 de abril se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Libro, instituido por la Unesco para fomentar la lectura, la industria editorial y la propiedad intelectual. Desde Andalucía nos sumamos a la gran fiesta del libro y la lectura con el nombramiento del Autor del Año, que en esta ocasión ha recaído en José Moreno Villa. Podemos afirmar que Moreno Villa aglutinó en su persona y su obra, con el tamiz de la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes de Madrid, la herencia de la Generación del 98 y las incipientes vanguardias de la del 27, pero también que superó el dilema ficticio entre la letra y la ciencia: José Moreno Villla era químico e historiador del arte; por eso su producción intelectual se movió entre la poesía y la pintura, la crítica y el dibujo, las bibliotecas, los archivos y la edición.

Poliédrico, fascinante y cambiante la figura de Moreno Villa desde el exilio en Estados Unidos y, finalmente, en México fue toda una referencia de la cultura española. De alguna manera, fue un adelantado a su tiempo a la hora de propagar un pensamiento y una forma de actuación que creía firmemente que la Cultura bebía tanto de la ciencia como de las humanidades; es más, que esa distinción no existía para el conocimiento. Probablemente recibió el influjo de su coetáneo Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, que dijo «A la cultura española le falta la rueda de la ciencia».

Como es habitual con todas y todos los que han sido Autor del Año, se ha realizado la edición de 100.000 ejemplares de una antología seleccionada por Rafael de Cózar, que han sido distribuidos todas las bibliotecas públicas de Andalucía y con la que serán obsequiados quienes acudan este día a ellas. También se entregará el volumen con los textos premiados en el último Certamen Andaluz para Escritores Noveles, enfocado a las edades más tempranas. Con ello damos satisfacción a otro de los objetivos de la política cultural respecto a la lectura: mantener y difundir lo mejor del patrimonio literario andaluz y empujar a los nuevos valores de la creación literaria.

Venimos diciendo que el libro y la lectura es la forma más democrática y barata de acceder a la cultura. El Gobierno andaluz es consciente de que los países y regiones más prósperos lo son porque leen más y no al revés. El libro -nos recordaba Borges-, es «una extensión de la imaginación y la memoria» y por ello, un estímulo para la creatividad. Por eso desde Andalucía no cejamos en el hecho lector. Por eso ya está vigente el II Plan Integral de Impulso a la lectura, un trabajo conjunto con las Consejerías de Educación, Igualdad y Bienestar Social, y Economía, Innovación y Ciencia, que pone el acento en colectivos con déficit lector y en el habito de lectura a edades tempranas, porque estamos convencidos de que para crear hábitos lectores, como nos recuerda José Antonio Marina, «hace falta toda la tribu».

Por nuestro compromiso con el libro y la lectura disponemos en Andalucía el Centro Andaluz de las Letras, único en España de sus características; por ello fijamos como Día Lectura en Andalucía el 16 de diciembre por conmemorarse el aniversario del homenaje a Góngora rendido en el Ateneo de Sevilla que vino a ser el acto fundacional de la Generación del 27. Por eso nuestra comunidad dispone de la mayor red de bibliotecas públicas de España: si en 1985 había 250 centros ahora tenemos casi 900.

Otro párrafo del Manifiesto de Fernando Ortiz dice, respecto a la costumbre de leer, que «este hábito resulta aún más gustoso si lo formamos en la niñez, época en la que el lector es más activo ante el libro. El niño que lee La Isla del Tesoro, lee también su propia obra en colaboración con Stevenson, pues la ha enriquecido con sus experiencias, sentimientos y ensueños». Hoy el 100% de los niños de 10 a 13 años lee al menos trimestralmente en cualquier formato y soporte; el 100% lee libros, el 50,5% lee revistas y el 33,7% periódicos; más del 93% reconoce que en sus colegios e institutos se organizan actividades en torno a la lectura.

Ahora, en la explosión de la era digital, conviene más que nunca disfrutar de la palabra pues ésta, lejos de enemistarse con la pantalla, la ha alimentado y se ha hecho su amiga. Una palabra vale más que mil imágenes, trasciende al número, nos puede remitir a infinitos escenarios, todos los que queramos imaginar. Quiero animar a los andaluces y andaluzas a celebrar el Día Internacional del Libro leyendo, ensanchando sus conocimientos sobre los creadores literarios y los nuevos valores, profundizando en la vida y obra de Manuel Moreno Villa, un artista malagueño clave en la literatura y la difusión de las letras andaluzas y, por tanto, universales.

* Paulino Plata Cánova es consejero andaluz de Cultura en funciones