Ayer el alcalde Francisco de la Torre, que se prodiga poco pero bien por la red social de Twitter, tuvo varias intervenciones para explicar diferentes detalles de su estancia en Grecia, con motivo del partido que hoy juega el Málaga C.F., por cierto que nunca había mencionado yo el fútbol y con esta llevo dos semanas consecutivas.

Entiendo que las explicaciones son para responder a los comentarios sobre si el viaje se lo pagaba él o lo pagaba el Ayuntamiento o como ahora decimos: lo pagábamos entre todos.

Estamos llegando a un punto de hipocresía ridículo, resulta que no pasa nada porque ciertos o cientos de políticos mediante una ley, norma o subvención ayuden con decenas de millones a amigos y allegados y sin embargo si se gastan dinero en un viaje que en principio parece bueno para el bien general de la ciudad estamos a la que salta.

Si yo fuera alcalde, que hoy por hoy no está en mis planes, con toda seguridad no estaría entre mis deseos más importantes ir a Grecia a ver un partido de fútbol, pero considero que en este caso probablemente debería de ir.

Cierto es que da igual con cuanto se malverse, es decir que sea poco o mucho hay que diferenciar lo público de lo privado, pero tampoco podemos estar todo el día cogiéndonosla con papel de fumar.

El alcalde tiene que invertir tiempo y dinero público en promocionar la ciudad eso está claro y que saber qué, cómo y cuándo se hacen dichas inversiones no es una ciencia exacta, así que no creo que estar pendiente de ciertas pajas mentales en ojos ajenos sea tan necesario cuando hay muchas vigas estructurales en muchos otros lugares que nos están dejando ciegos. Yo, mientras voy buscando terreno para una fábrica, de papel de fumar, claro.