Nacho Monreal es un gran tipo. Un chaval afable, educado y cumplidor como el que más. En su paso por la Costa del Sol sólo ha ganado amigos y mucho cariño. Es, posiblemente, el yerno que cualquier madre querría para su hija. Todo eso además de ser un jugador excepcional y uno de los mejores laterales izquierdos del mundo. Pues Nacho, el pasado jueves tuvo que coger los bártulos y marcharse a Londres para jugar en el Arsenal. Desde luego lo hizo con unas mejoras económicas sustanciales en su contrato, con bonito sueños deportivos en el horizonte y también con un futuro más esperanzador que en el Málaga CF. Hasta ahí, nada raro, salvo porque él no quería marcharse.

Monreal es un número más. Concretamente uno muy elevado: 13 millones de euros. El jugador se tuvo que ir casi contra su voluntad, motivado por el elevado ingreso que suponía su salida para las debilitadas arcas del conjunto blanquiazul. Pero la oferta era irrechazable. En su salida no se miró atrás, no hubo titubeos y casi no se calibró el percance deportivo. De hecho, la parcela deportiva, encabezada por Pellegrini y Husillos, sólo supo del traspaso del navarro al conjunto inglés una vez consumado y para poder encontrar un sustituto con el plazo de fichajes a horas para cerrarse.

Esto no sólo sucede en el Málaga CF, ya que todos los clubes e incluso empresas funcionan así. Hoy es Monreal, pero ayer fueron otros muchos jugadores y en el futuro también lo serán. Todos ellos suponen para sus dirigentes números y cifras en un mercado tan frío y alejado de los sentimientos que a veces da hasta miedo.

Monreal tuvo que despedirse del malaguismo unos días después, sin la pomposidad ni los fuegos de artificio que tuvo su llegada hace año y medio en una de las grandes presentaciones del jeque Al-Thani y Ghubn, pero sí con el mismo señorío y la misma clase que demostró en su etapa como blanquiazul. «Fue algo muy rápido y quería despedirme porque ha sido un año y medio fabuloso. He sentido mucho cariño. Llevaré al Málaga en el corazón. Dejo muchos amigos aquí. Ahora estoy contento. No podía irme sin despedirme del malaguismo. Voy a echar mucho de menos a Málaga. Habrá un malaguista más en Londres», dijo en una breve rueda de prensa. Por eso Nacho, que sólo era un número, siempre será Monreal para la afición.