The Times, el prestigioso diario británico, desinfló el globo de los que esperan a Gareth Bale como «una celebridad ostentosa», al estilo de Beckham y Cristiano Ronaldo:«Bale no es un mimado. No tiene una novia «trofeo» y tampoco es arrogante ni excéntrico». A diferencia de otros compañeros de profesión que dan que hablar por su vida privada, el galés no hace ningún esfuerzo por destacar fuera del terreno de juego. Así ha ido cumpliendo sus sueños, especialmente el del niño que dormía con un pijama del Real Madrid.

Aunque luce una imagen moderna, Bale no está obsesionado con los cambios de peinado y llegó a Madrid rodeado por sus familiares más cercanos, tan prudentes como él. Entre ellos estaba Emma Rhys-Jones, su novia de siempre, con la que tiene una hija de un año. Su padre, Frank, era conserje en un colegio y su madre, Debbie, gerente. César Sánchez, ex guardameta entre otros equipos del Madrid y que coincidió con Bale en el Tottenham hace cinco años, confirma que es un buen chico:«Lleva una vida muy ordenada».

Además de la discreción, la rapidez ha marcado la trayectoria profesional de Gareth Bale (Cardiff, 16 de julio de 1989). Antes de hacerse un nombre en el fútbol, con 14 años ya corría los 100 metros en 11,4 segundos en el instituto Whitchurch de Cardiff. Privilegiado físicamente, de pequeño Bale también practicó el hockey, el rugby y, por supuesto, el fútbol. Era tan superior a sus compañeros que su entrenador le impedía usar su pierna buena, la izquierda, para mejorar con la derecha.

El Southampton fue el primer club que supo ver en Bale a una futura estrella. No tardó en darle motivos para pensar que había acertado, ya que se convirtió en el segundo debutante más joven de los «Saints», 16 años y 275 días, sólo 132 días después que Theo Walcott, con el que compartía habitación. No tardaron en separarse porque el Arsenal fichó a Walcott en 2006 por 15 millones de euros y el Tottenham a Bale en 2007 por 10.

Bale sí es el más precoz entre los internacionales galeses, ya que debutó con la camiseta de la selección absoluta de su país con 16 años y 315 días, además de convertirse en su goleador más joven frente a Eslovaquia. Su progresión le hubiese permitido vestir la camiseta de Inglaterra, pero al igual que Ryan Giggs considera «un honor» jugar con Gales. Bale no pudo formar parte el pasado verano de la selección de Gran Bretaña que participó en los Juegos Olímpicos de Londres debido a una lesión.

Los problemas físicos también retrasaron su explosión en el Tottenham, donde al principio fue suplente del camerunés Assou-Ekotto. Bale salió del anonimato en una gloriosa noche de octubre de 2010, en un partido de Liga de Campeones en San Siro. Al descanso, el Inter machacaba por 4-0 al Tottenham, que además se quedó con uno menos por expulsión. En la segunda parte hizo suya la banda izquierda, arruinando la reputación de Maicon, considerado en aquel momento el mejor lateral derecho del mundo. Bale logró un hat-trick, insuficiente para dar puntos a su equipo, pero agotó los adjetivos elogiosos.

«Puede cabecear, correr, driblar y chutar. Es fuerte como un buey y, lo más importante, es un gran chico», declaró su entonces entrenador, Harry Redknapp, que no tardó en explotar sus condiciones para el fútbol de ataque adelantando su posición en el campo. Un proceso que culminó la pasada temporada, cuando arrancando desde la banda derecha, casi como extremo, marcó 21 goles y fue elegido el mejor jugador de la Premier League.

Sus compañeros de profesión tampoco han ahorrado en piropos hacia Bale. El uruguayo Luis Suárez, con el que casi pudo acabar coincidiendo en el Madrid, declaró hace unos meses que «me encanta verle jugar. Su cambio de ritmo, sus goles espectaculares, la potencia de su disparo. Hasta marca de cabeza. Es un jugador todoterreno». Tanto es así que también destaca en el lanzamiento de faltas, hasta el punto de convertirse en un especialista. Su último entrenador, André Vilas-Boas, define su estilo de una forma que podría estar hablando de Cristiano Ronaldo:«La pelota gana fuerza y cambia de dirección muy fácilmente».