Para entender a Rafael Nadal, lo de Rafael Nadal, la personalidad de Rafael Nadal, el juego de Rafael Nadal, la actitud de Rafael Nadal, el palmarés de Rafael Nadal, el hambre de Rafael Nadal, las ganas de Rafael Nadal, el carisma de Rafael Nadal, el sacrificio de Rafael Nadal, la determinación de Rafael Nadal, la imagen de Rafael Nadal, lo que es y representa Rafael Nadal hay que oírle, leerle, más que verle jugar, verle sufrir, verle sudar, verle reir, verle llorar, ver su puño retador hacia el cielo.

Así que entendamos, perfectamente, la respuesta que ofreció al periodista que, tras vivir contra la red (bueno, no del todo, pero apurado estaba), en el 0-40 del tercer set, acabó remontando y ganando por goleada. La pregunta fue algo así como «si usted tenía enfrente a un tenista portentoso ¿cómo es que acabó remontando usted ese juego, el set y ganando el partido». ¡Ojito al dato! «Porque ya sabe usted, que lleva mucho tiempo en esto, la raqueta es lo importante, pero hay momentos que se va más allá de eso, momentos en los que importa resistir, aguantar, buscar soluciones, pelear cuando las cosas van mal, no dejarte llevar cuando el otro te está destrozando, como pasaba en esos momentos que me sentía muy apretado, muy al límite», describió con sinceridad el campeón.

Y, en esos instantes, es cuando aparece el Nadal auténtico. «Y es entonces cuando hay que seguir manteniendo la lucha, la pasión, seguir manteniendo ese límite de jugar al límite, ser capaz de que no se me vaya con el segundo break, para que el set no esté acabado. He aguantado. Eso lo he hecho fantástico», añade. «Con mi oportunidad -su bola de set a favor en la tercera manga- he jugado con la determinación que se necesita para ganar a un rival como es Novak», prosigue. Sentencia: «Los partidos se ganan en los momentos complicados».

Esas cosas, esa filosofía, esa manera de vivir en, entre, cabo, bajo, cabe, contra, de, desde, hacia, para y por el tenis es lo que convierte a Rafael Nadal en un fenómeno. Los demás, incluido ´Nole´ Djokovic son jugadores tremendos, ´dioses´ como Roger Federer, vencedores como Pete Sampras, filigraneros como John McEnroe, héroes de hielo como Bjorn Borg€.pero, fenómeno, fenómeno, solo hay uno, Rafael Nadal. Y ese fenómeno, esculpido por la sensatez y la autoridad de su tío Toni, ha terminado superando todas las plagas habidas y por haber y ha terminado siendo, sin el número, sin necesidad de ponerse la chapa en su solapa, el mejor tenista de 2013 después de figurar, siempre, siempre, siempre, entre los dos primeros del mundo en los siete últimos años.

Porque lo inmenso de Rafael Nadal, lo más grande, es que no solo ha sobrevivido a todas las lesiones, sino que continúa siendo el mismo muchacho dispuesto a arrastrar parsimoniosamente la red por la arcilla de la pista que acaba de utilizar para entrenarse. Porque, como le dijo siendo niño su querido y admirado tío, «la pista hay que dejarla como te la encuentras al llegar, impecable». Como la trayectoria de Rafael Nadal.