El cartel de la Semana Santa de Málaga de 2014, como todos, está destinado a ser ese grito pegado en la pared que informe y convoque. Pero antes de cumplir este digno cometido, se ha convertido en un auténtico grito en internet. Nadie discute la calidad de la obra pictórica firmada por José González Bueno. Expertos y profanos en arte la alaban. Por supuesto es un lujo para la Agrupación que uno de los mejores acuarelistas de Europa haya prestado sus pinceles para anunciar las procesiones de este año. Sin embargo, el modelo elegido no cuadra. Ni parece digno homenaje a la mujer nazarena, como pretendía el autor. Obviamente, las licencias pictóricas están ahí y son respetables. Y obviamente, la presencia de nazarenos «descapirotados» es habitual en las calles. Pero todos sabemos que entre lo que se hace y lo que hay que hacer en realidad, a veces existe una distancia abismal.

No es cuestión de que el cartel que va a representar la Semana Santa y la va a llevar a propios y extraños saque pecho de una incorrección ni sirva de ejemplo de una situación que desde hace años los cofrades tratan de resolver y que expresamente se prohíbe en las normas de la salida procesional. Aunque parece que no en todas, a tenor de las declaraciones posteriores efectuadas por destacados dirigentes. Las redes sociales han echado humo en este sentido. El grito en internet...

Desde hace tiempo se trata de dignificar la figura del nazareno y de dar importancia a su presencia en los cortejos penitenciales, poniendo el dedo en la llaga en que no tiene sentido revestir la túnica fuera de la procesión y mucho menos hacerlo con el rostro descubierto. Cuanto menos pasearse con el hábito, callejear buscando otras procesiones, merendar con él puesto o utilizarlo de ropa de abrigo. La presencia de estas «nazarenas» en el cartel de la Semana Santa está tan fuera de lugar como si en la calle San Juan aparecieran dos astronautas o dos mariachis viendo la salida de Lágrimas y Favores, sección de Fusionadas que, para más inri, se distingue precisamente por lo contrario y por guardar un gran celo para que estas escenas no se produzcan. Puede ser representativo pero no debe serlo.

El hábito nos iguala. La túnica es sagrada. Y lo es aquí y en cualquier rincón. Las críticas han vuelto a ser malinterpretadas por quienes ven en ir descapirotado una seña de identidad que es absolutamente falsa. En Málaga también se saben hacer bien las cosas y en otras latitudes cofrades se peca de lo mismo. Tan mal está en un sitio como en otro.