A Doña Publia sus amigos, o contertulios de calle y red, la llaman Re-publia, por razones obvias. Ella está afincada ahí, como primer empeño, una especie de culto a lo que en un tiempo ya lejano eran las cosas. Entonces ser republicano era otro asunto, y la Corona también. Hoy el espacio republicano se ha achicado tanto como el de la monarquía. Sin embargo hay gente que más que en el presente vive en la historia, lo cual no está mal, porque aunque en los días que corren el futuro y el hoy tienen más prestigio, debido al flujo tan veloz de los cambios (que lo arrastra todo), la historia pesa mucho más que el futuro, y es mucho más real, sobre todo porque ya ha sucedido. Como la historia de España al final es la de todos nosotros, el que no la cultiva se abandona. Doña Publia o Republia hoy celebra su santo, con la misma ilusión con la que en este día se había echado la gente a la calle.