La Transición ha muerto, viva la Transición

Casi cuarenta años han pasado y nos encontramos ahora ante un Rey que ha puesto fin a su reinado con la abdicación.

Sin duda que habría que decir que si bien la Monarquía se considera un símbolo de estabilidad para el país, no parece que esta estabilidad (llamémosle unidad) exista en estos momentos. El hecho en si lo prueban las protestas de la calle en las que se exhibe con frecuencia la bandera republicana al tiempo que se reclama un referéndum como fin de etapa de la Monarquía.

Habría que decir sin embargo, al calor del debate monarquía/república, que de llevarse a cabo dicho referéndum no ganaría seguramente la postura de los antimonárquicos, con lo cual se verían obligados a aceptar al nuevo Rey dando conformidad al fin de una etapa y el comienzo de otra que se ensambla en la anterior. Esto es, una segunda Transición.

Luis Enrique Veiga Rodríguez. Málaga

Honestidad por la democracia

Lección, por entender la Historia, es la corrupción en los dirigentes políticos, por explicar la caída de regimenes, que no supieron guardar, y hacer guardar las leyes protectoras de los derechos de las gentes: por no trabajar por su defensa, por caer en la corrupción, infrigiéndolas, como vemos en la multitud de casos que la justicia está dilucidando: con lentitud, y a veces por derivarlos a vías muertas, en que mueren los casos por prescripción. Ocurre que, cuando se quebrantan las leyes, por los políticos que habrían de cumplirlas, incluidas las de los mandamientos, la Naturaleza genera en los seres humanos exaltación de ideas opuestas por combatir esas conculcaciones, por dejar el orden en manos de los antisistema; otra forma ideológica que quiere sustituir a la primera, por apoderarse de presupuestos públicos, por terminar haciendo lo que los dirigentes animales en la fábula político satírica que George Orwell describió en Rebelión en la Granja.

Exigir honestidad a los políticos es clave por el buen funcionamiento de las instituciones. Podríamos entender las crisis económicas, políticas, advenimientos en el poder de ideologías totalitarias, como crisis de respuesta por la corrupción: por la conculcación por las clases dirigentes, de las leyes divinas, y humanas. Hay que defender el orden exigiendo honestidad a los políticos.

Antonio Morales. Málaga