Es conocido que muchos malagueños tienen el sentimiento de que la Junta de Andalucía abandonó a Málaga hace tiempo. Además del sentimiento hay también algunos datos que lo corroboran como pueden ser los dimes y diretes del metro, el guirigay de los Baños del Carmen o la más sonada aunque ya antigua: la creación de un parque tecnológico en Sevilla justo después de que se hiciera el Parque Tecnológico de Andalucía aquí en Málaga, y salvo cambios de última hora, Sevilla está en Andalucía. Bueno, esto en Geografía porque muchas veces, políticamente, cuando pasa algo bueno en Sevilla ocurre en Sevilla pero si sucede algo negativo se convierte en un suceso andaluz, ya saben el manejo del lenguaje.

Lo nuevo, a lo que no nos tenía acostumbrado el PSOE andaluz es a que abandonara a los andaluces -no hablo de los militantes de base, que los hay indignados con lo que pasa en su partido, sino de los que han decidido que estratégicamente les merece la pena convocar unas elecciones con fines únicamente personales-.

Andalucía llega a una encrucijada única, va a ser la primera en decidir si quiere cambiar. Susana Díaz se ha apuntado a la moda de que ella es el cambio igual que Rajoy dice lo mismo de su gobierno, y es que esto empieza a sonar de nuevo a lo de «el cambio del cambio» que le oímos a González. En cualquier caso lo bueno es que decidiremos como malagueños y como andaluces lo que queremos. Si más de lo mismo, seguir a la cola de España y por tanto a la cola de Europa o si queremos cambiar.

Lo mismo a Susana le sale un Artur Mas y convoca elecciones para estar peor de lo que estaba, cosa nada descartable pues ahora mismo, en predicción electoral, nadie sabe nada.