Tres eran tres las elecciones para 2015. Andaluzas, municipales y nacionales. Casi nada. Y por si fuera poco, los hermanos del Cautivo tienen otra más prevista tras la Semana Santa. Las papeletas van a volar como si esto fuera la tomatina de Buñol. El calendario tiene esos caprichos. O se le ayuda para que lo tenga. Susana Díaz ha dado un empujoncito para que ir a las urnas sea la nueva moda de 2015. Para justificar el adelanto electoral ha señalado que hay inestabilidad de gobierno. Debe tener el tacto sensible, porque no parece un signo de inestabilidad que hayan aprobado el presupuesto de 2015 hace poco más de un mes, pero no soy tan perspicaz como para identificar esos síntomas. Seguro que son muchos si lo dice la presidenta de la Junta, que seguro que se ha dejado llevar por los más altos ideales del bien común. Además quiere frenar el «giro radical» de IU, según comentó ayer. Los de IU se ve que de pronto se han vuelto radicales y están como locos llamando a la armas. Solo queda que Susana Díaz justifique el adelanto en que es una ayuda a muchos andaluces, porque a los elegidos para estar en una mesa electoral se les paga la jornada.

El problema es que me planteo mi voto para las tres próximas elecciones y me da una pereza que me asusta. Si va a ser complicado elegir una opción para uno de los comicios, no digamos para tres. Eso me ha llevado a tomar una decisión seria y rigurosa para elegir lo mejor para nuestro futuro. Me veré todos los detalles y estudiaré con denuedo a los participantes del COAC del Carnaval de Málaga para elegir a mis favoritos. Puede que no terminen sentándose en San Telmo, en la Moncloa o en el Ayuntamiento de Málaga, pero seguro que abordan los problemas cotidianos con más sentido común que la mayoría de las opciones políticas. Y qué quiere que les diga, no van a negociar la evolución de la deuda soberana con la UE -que ni siquiera sé con certeza qué significa- pero al menos disfrutaré un rato y me reiré de las desgracias que nos pasan. Así que feliz Carnaval.