No hay día sin afán político, o mejor, sin guerra. Estamos en periodo electoral. Todos contra todos. Con cosas tan sorprendentes como que a diario Mariano Rajoy, con una valoración del 2,8 entre los electores sea el referente del PP en Andalucía, anulando a Moreno. Y en el seno de los socialistas cuando todo parecía ir sobre ruedas, con una crecida Susana Díaz (?«que los crujan»), con valoración por encima de cualquier otro candidato, salta el «putómetro» de la agrupación socialista de Madrid, se laminan a Tomás Gómez y se abre en canal el partido, con posibles incidencias en las elecciones andaluzas. Dicen que alguien en Sevilla, emulando a Penélope Cruz, gritó «Pedrooooo», en esta caso no de alegría, y añadiendo, pero «¿qué nos haces? ¿Es que desconoces que estamos ya en campaña?» Quien gritó tiene nombre de mujer y al otro lado del teléfono estaba Pedro Sánchez. Es la guerra. Y por si fuera poco, a Moreno le sale un molesto forúnculo de nombre Arenas (ahora sí voy por Almería, riéndose de hasta su sombra, diputado no sea que el juez Ruz lo cerque), con Antonio Sanz, el arenólogo por excelencia, de jefe de centuria como muñidor de la campaña de los «peperos» en Andalucía. Es la guerra y llueven chuzos; chuzos de punta. Y aquí no se libra nadie porque a Podemos le están saliendo tantas ronchas que ya no saben ni entienden que los ciudadanos quieran saber qué paso con la movida económica bolivariana de Monedero y que Pablo Iglesias esté viendo el rabo del diablo, de nombre Cristóbal Montoro, ese entrañable personaje que cada vez que sale a la palestra sube el pan. Teresa Rodríguez, la candidata de Podemos a la Junta, tendrá que dedicarse a apagar fuegos en una guerra que le parece venir demasiada grande.

Y puestos a guerrear, no hay que olvidar a la guerrillera juez Alaya. Se le esperaba porque esta magistrada es especialista en poner a los socialistas cara a la pared. Moreno tiene una aliada que parece le dará más votos al PP que la verborrea mentirosa de Mariano Rajoy, especialista, como ya lo hicieron otros acólitos «peperos», en marginar y atacar a Andalucía y a los andaluces. Falta ahora que salga al campo de Marte, el Cid Campeador, Rafael Hernando, con doña Jimena de Cospedal y aquí será la de dios. Este capitán de mesnada, del siglo XI, sabe manejar la Tizona con mandobles verbales como el más consumado guerrillero de la palabra o, en palabras de Bárcenas, su gran amigo, culebra del que nadie puede fiarse. Solo falta que se asomen al balcón de Despeñaperros personajes tan guerreros como Soraya Sáenz de Santamaría que usa la sala de prensa del Gobierno para pinchar al Gobierno de Susana Díaz y a la propia presidenta. Soraya, con su carita de matar moscas, ha devenido en consumada especialista en manejar el florete. De Fátima Báñez se dice que ha pedido Moreno Bonilla le acompañe en romería a la Blanca Paloma, en el Rocío, a ver si obra el milagro de que gane el PP. Como con el paro.

La batalla electoral en Málaga se presenta apasionante. Luciano Alonso contra Moreno Bonilla, que emulando a su bien amado Arenas huye de Sevilla donde hubiera tenido la oportunidad de un cuerpo a cuerpo con Susana Díaz. Si Moreno pierde en Málaga será pasto de las hormigas. Y parece que así será a tenor de las encuestas (no me las creo), pero sobre todo porque Miguel Ángel Heredia fue muy claro: «salimos a ganar». La lista de Heredia (Susana) sale de ganadora. Heredia y Luciano enterraron la histórica hacha de guerra, aparece la politóloga Rubiño que suma enteros, como el profesor Sánchez Maldonado, al que le tembló la mano y se le encogió el alma cuando le pidieron que firmara el ERE del puerto de Málaga, prefiriendo irse a su casa y Marisa Bustinduy que ha luchado en plazas y plazuelas, que ha corrido tantos caminos y batido en tantos pueblos y cortijadas que, acogiéndome al bien amado Antonio Machado, de ella se puede decir que «política se hace al andar».

P.D. (1) Houston, tenemos un problema: Monedero, desaparecido en combate. Ya es «casta», pero bolivariana. Patético que pretenda dar lecciones de moralidad y ética.

(2) Houston, tenemos un problema: Pablo Iglesias. Ya está en marcha la prueba del algodón. Don Limpio Montoro, guerrillero de Hacienda, le ha pasado la mano por el cogote. Malo, muy malo. Es la guerra. Montoro y los datos fiscales. Especialista en acojonar a todo dios. ¿También a los de la Gürtel?

(3)Houston no tiene un problema. Lo tiene Carmen Crespo, Carmencita para los amigos, descarada pitonisa al decir que la policía tenía tajo por delante durante 10 días y serían detenidas 90 personas por los cursos de Formación. Carmen Crespo se hizo juez de la noche a la mañana. Es cabeza de lista por el PP en Almería. Ya está dicho todo.

(4) El embarazo de la juez Alaya con los ERE ya es histórico. Como es su presencia en cuanto hay elecciones. Era una cita obligada y no ha faltado a la misma. Lo dicho, es la guerra.