Todo el mundo desarrollado, menos USA, ha saludado la creación de una especie de Banco Mundial-Bis impulsado por la República China. El activo del asunto es que favorecerá el desarrollo de su área de influencia, y de la economía global, pero el pasivo es que favorece la hegemonía de un modelo económico basado en la negación de la democracia. El saldo del balance, activo menos pasivo, dependerá del valor que demos a cada columna. Lo que no se debería ignorar es que la ingente acumulación de capital que permite a China promover el Banco tiene como origen un sistema productivo -la gran manufactura del mundo- posibilitado por un sistema político que niega las bases de la democracia: elecciones, libertad de partidos y sindicatos, y prensa libre. Bien, seamos prácticos y asumamos la realidad y los hechos, pero al menos que no se nos caliente luego la boca predicando nuestros valores.