Juan Cassá y María Gámez se abrazan y besan en la mejilla como si fueran amigos íntimos; Ysabel Torralbo, en un segundo plano, pasa por allí y Francisco de la Torre aparece con la cara de ese amigo que servía de cortina de humo para tus padres cuando de adolescente quedabas con una muchacha para robarle los primeros besos mientras tu colega vigilaba. La foto de Gregorio Torres ayer es un retrato de la actualidad política de Málaga con infinidad de lecturas. Otro titular de este periódico era igualmente clarificador: «La negociación inexistente». La semana pasada se construyeron castillos en el aire sobre decisiones, conversaciones y contactos que no se habían producido. Fue Juan Cassá ayer, en la entrevista con Matías Stuber, el que aclaró que solo había hablado una vez con Bendodo y fue de manera informal. Sin embargo, la gran mayoría de las informaciones de la semana pasada a raíz de las controvertidas declaraciones del concejal Cassá venían de la mano de Bendodo como fuente principal. Lo importante es que aquella bomba informativa tapó durante unos días algunos movimientos estratégicos llevados a cabo por las tropas de la segunda línea de los partidos, que suelen ser los que manejan los tiempos y las negociaciones.

Quedan por delante nueve días para que se conozcan los acuerdos. Gracias a Dios esto no puede pasar del 13 de junio, para ese día tenemos que tener una corporación municipal constituida. Lo que queda va a ser la mar de apasionante... Incluso hace unos días un concejal recién electo del PSOE me afirmaba que el gabinete legal de su partido estaba buscando resquicios para conseguir que María Gámez fuera alcaldesa con el apoyo de Málaga Ahora y Málaga para la Gente y Ciudadanos votase en contra de De la Torre y se abstuviese con Gámez. Un show, oye.