Desconozco si el Gobierno nombrado por Susana Díaz terminará por cumplir todo lo prometido en su discurso de investidura; desconozco si tendrá el sosiego suficiente para dar los primeros pasos sin demasiados sobresaltos y desconozco, aunque me la imagino, la presión a que será sometido por la oposición, en especial por el Partido Popular que ya tiene trazada la hora de ruta diseñada por Javier Arenas. Lo que sí sé es que este Gobierno es el de la sonrisa, basta ver las imágenes de la toma posesión de los consejeros. Una presidenta, vestida en tonos pastel sin los llamativos colores de otras veces, con sonrisa de oreja a oreja, una de sus señas de identidad que le permite epatar con los ciudadanos, provoca cercanía y abre la espita de la confianza. Fueron jurando los consejeros y a todos les brindó una amplia sonrisa y posterior abrazo que, en algunos casos fue especialmente llamativo como cuando lo hizo con Adelaida de la Calle y con Jiménez Barrios, dos puntales claves.

Me quedo con el Gobierno de la Sonrisa, marca de la casa, natural y sin marketing precocinado. El desparpajo y la naturalidad de Pepín (perdón, José Sánchez Maldonado) evidencian lo que afirmo. Aquí hay un Gobierno con ideas, que piensa; con un perfil profesional acreditado, del que se espera lo mejor para Andalucía. He tenido la suerte de estar en la toma de posesión de más de un gobierno andaluz, pero nunca tuve la sensación de iniciar una etapa tan ilusionante como esta, posiblemente porque al no haber mayoría parlamentaria se debe recurrir a otra forma de gobernar donde el diálogo, los pactos y acuerdos serán el pan de cada día. Tengo la sensación, por lo escuchado y hablado con algún consejero (a), que este Gobierno va a llevar con la lengua fuera a la oposición, con una política transversal y de centralidad, pero de izquierdas, aunque no sé muy bien cómo se cocina este soberano mejunje al que son muy dados los analistas políticos. Ya veremos.

Dicho lo cual y a la espera de la andadura de los cien días para juzgar con datos el trabajo del Gobierno de Susana Díaz ya tenemos hechos que evidencian por dónde transitará. En su primer consejo de Gobierno se han aprobado dos iniciativas, que llevan el sello de la presidenta, marcas de la casa. Por un lado, un plan de becas para que quien lo merezca no se quede sin poder estudiar idiomas y una segunda que habrá de debatirse en el Parlamento y adquirirá, entonces, carácter de ley, para frenar los desahucios. Ya tiene tajo la Cámara andaluza. De seguir este camino, de lo que no tengo duda, la oposición deberá atarse los machos para fajarse con un Gobierno que tiene ideas claras y rotundamente sociales.

Blindar los servicios públicos dentro de un plan de estabilidad, con rigor y austeridad la justa es la indicación dada a María Jesús Montero a la hora de elaborar el presupuesto para el próximo año. Y una recomendación que no ha caído en saco roto: presupuesto donde sea posible crear empleo. Y marcas de la casa serán el diálogo, el trabajo, la cercanía y como ha dicho Adelaida de la Calle la suficiente creatividad echando a volar la imaginación para ilusionar a los ciudadanos, con hechos. Es lo que le pide a Susana Díaz la líder de Podemos, Teresa Rodríguez.

P.D.- (1) Pablo Iglesias se da un garbeo por Andalucía con visita guiada a Cádiz. Bueno es que empiece a conocer lo que se cuece en esta tierra. El entronizado líder de Podemos es consciente de que Andalucía quita y pone presidentes de Gobierno. Con los resultados que alcanzó su socia Teresa Rodríguez en las elecciones autonómicas lo tiene chungo.

(2) Ni un solo día ha pasado para que la nueva juez del juzgado 6 de Sevilla María Núñez Bolaños haya enmendado a la juez Alaya, anulando el auto que dictó unas horas antes de cesar en este juzgado imputando, de nuevo, a consejeros de la Junta. Nada nuevo. A la juez Alaya le perseguirá, eternamente, su acreditada inquina a la Junta de Andalucía y a dos ex presidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

(3)Y una segunda medida por llegar y a la que Mercedes Alaya se negó siempre: trocear la macro causa de los ERE. El tinglao de la instrucción de los ERE que durante años alimentó irá por otros derroteros. ¿Qué será de Griñán, de Magdalena Álvarez, de Aguayo y Ávila? Lo contamos otro día.

(4) Paco Conejo enterró, no ahora sino hace ya unos días, su deseo de presidir la Diputación de Málaga. Las habas del PP con Ciudadanos estaban contadas. Pero que le quiten lo bailao como verdadero gestor y muñidor de los pactos que han llevado a los socialistas al poder en no pocos municipios, de ellos algunos emblemáticos como Marbella, Benalmádena, Torremolinos, Vélez, Rincón y Nerja. Con la paciencia del santo Job, Conejo se ha sentado a esperar.

(5) La Sexta, la de Antonio G. Ferreras y el Gran Wyoming, tiene un nuevo tertuliano, Francisco de la Torre. Bienvenido. Talento y talante.

(6) Hace como cuatro años, con Javier Arenas en horas bajas, le escuché al gran maestro tertuliano, el doctor Gómez Ángulo, que Javierito tiene más vidas que un gato, y que darlo por muerto era un craso error. De esta misma opinión era y es otro acreditado arenólogo, Francisco Romacho. A los hechos me remito: Mariano Rajoy, en su fallido intento por llenar de pulsión al PP, mantiene a Arenas.

Genio y figura.