Tras una intensa Semana Santa con récord de afluencia turística y sugestivos rasgos emocionales, la ciudad vuelve a su singular normalidad. La juventud no tiene edad, sugería Picasso. Es lo que le ocurre al fresco Centre Pompidou Málaga cuando el pasado lunes celebró su primer aniversario enmarcado en la esquina del malecón 1 y 2 y por donde han desembarcado unos 230.000 visitantes. El Cubo, este hexaedro regular es un poliedro de seis caras con diseño conceptual, siendo uno de los llamados sólidos platónicos, en el cual nos encontramos íntimamente frente a obras de Pablo Ruiz, Chirico, René Magritte, Frida Kahlo, Chagall, Bacon, Giacometti entre otros autores sacralizados. Este cuerpo cósmico fomenta el acercamiento al arte moderno y contemporáneo, constituyéndose en una pinacoteca atrayente con un alto poder didáctico al mostrarnos en su recorrido las grandes esencias del talento estético del siglo XX.

Y nos dirigimos de una celebración expresiva a los terrenos críticos de la reprobación. De un elemento pitagórico a un paralelogramo -rectángulo- postergado y convertido lamentablemente en una manzana desdeñada: El Astoria y Victoria. El estado de abandono de este espacio, ubicado en una de las zonas culturalmente más atractivas y concurridas del eje de la Málaga museística, llega a términos que se asemejan al grabado más alegórico de los Caprichos de Goya, el número 43, «El sueño de la razón produce monstruos». Anhelamos que en el pleno de mañana jueves nuestros representantes en el Consistorio lleguen a un acuerdo para dar una solución presta, lógica e inteligente para este inmueble por la mejora definitiva de este enclave tan simbólico y no les venza de nuevo el sueño, continuando en el orbe de lo esperpéntico una vez apagado el mundo de las luces. No se puede demorar más tiempo. Despierten y actúen.