En campaña casi todo vale. Hay que llamar la atención y más ahora, cuando el reto es convencer a unos electores hastiados que deben ir de nuevo a las urnas seis meses después de haber cumplido su parte para ver luego cómo los políticos elegidos no daban la talla. Se ve que Pablo Iglesias es consciente del reto y está dispuesto a abordar hasta los temas más peliagudos y con los ciudadanos más exigentes. El martes se lanzó y prometió a los escolares de Primaria que quitará los deberes. Nada más y nada menos. Pese a las numerosas voces que piden sacar la educación del debate político, el líder de Podemos no se corta y abandera la causa contra los deberes. Lo hizo en televisión con Ana Rosa Quintana y cinco niños de entre siete y once años que actuaron como entrevistadores. Por supuesto, los menores aplaudieron la propuesta con entusiasmo y hasta prometieron votarle. La política espectáculo ha llegado para quedarse y se admiten todo tipo de ocurrencias. Algunas hasta tienen gracia pero la educación está más necesitada de propuestas serias y, sobre todo, de consenso, que de bromas.

El tema de los deberes, por mucho debate que genere, es sólo uno más de los muchos que deben abordarse para mejorar la educación en España y la campaña electoral no es el momento más adecuado para tratarlo. De hecho, la única promesa que merecería la pena escuchar en estos días es que no se volverá a aprobar una ley de educación sin un acuerdo amplio, que incluya a profesores y padres.

Más allá de esto, tal vez fuera más adecuado plantearse no cuántos sino cómo tienen que ser los deberes escolares. Una escuela del siglo XXI, con la tecnología como herramienta fundamental y la información a un clic, no puede tener deberes del siglo pasado. Hay muchos profesores que ya han abandonado las viejas rutinas y para los que la innovación y la creatividad se han convertido en imprescindibles. En sus clases son los alumnos los protagonistas de su propio aprendizaje. Ese es el camino. Ahora sólo queda que esto no sea una excepción y que los políticos sí hagan sus deberes.