Podemos ha logrado su propósito: ha organizado una asamblea universal. Todo el mundo opina, interviene, zahiere, alaba, critica, tiene recetas o incluso ideas. El futuro organizativo de la formación morada, no tanto su ideario, es una conversación pública, una discusión, combustible para noticiario, alpiste para tuiteros, fermento de afectos y odios.

Algunos dirigentes del partido sufren una situación kafkiana. Queremos decir: se acuestan personas y se levantan hechos una corriente política. Cuando al fin logran darse la vuelta los han puesto a parir y los arrinconan, igual que la familia del infortunado Gregorio Samsa hacía con él en La metamorfosis.

Errejón es el errejonismo y Pablo el pablismo y hasta hay bescansianos y monederistas. Más caudillos que militantes. Podrían fundar un club de secretarios de organización. Entonces entrarían en discusión por ver quién organiza ese club.

Por si fuera poco, un engullido quiere ser regurgitado. O sea, polémica también con Izquierda Unida a cuenta de una campaña del equipo de Errejón en Madrid, que dice en Twitter: «Ni PSOE ni IU, recupera el morado». Alberto Garzón regañó a Rita Maestre en esa misma red social. Le pidió respeto y le recordó que hay concejales de IU integrados en ese Consistorio en el mismo grupo que Podemos. Garzón dio la mano y le comieron el codo. Cuando se dio cuenta le estaban mordiendo en el hombro. Se defiende con el teléfono.

Ahora hemos sabido que Iglesias quería a Errejón de candidato en Madrid. Los más malvados interpretan que es para entretenerlo con un caramelo y apartarlo. Uno piensa que sí, que algo de eso hay, pero también que ojalá las maniobras de arrinconamiento que uno hubiese de sufrir fuesen así, o sea, que ser alcalde de Madrid no es cualquier cosa. De hecho, soy de esa escuela de pensamiento que considera que es la hostia. Podría hasta darse el caso de que Errejón ocupase ese cargo e Iglesias fuese sólo uno más en el pelotón de los opositores al Gobierno. Sea cebo o caramelo, no parece que Errejón vaya a comerlo. Poco come Errejón. Hay quien a cuenta de esa delgada languidez piensa en él, incluso, como modelo y no como político. Así está el patio, que lo mismo vales para desfilar que para desatascar un país. Opine sobre Podemos o quedará fuera de juego. Pero ojo, a ver si se va a levantar con cuerpo extraño.