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La chapa del sábado

Fernando Baudet

Editor web

Ventanas

Desde el poyete, mirando al vacío, uno puede pensar en la paternidad, en una Media Maratón o en espetos, grandes temas

La maternidad de Samanta Villar está dando más que hablar esta semana que la de Ivonne Reyes. La presentadora de televisión afirmaba que sí, que es muy bonito ser madre y tal, pero que, «como a todos las parejas», le dan ganas alguna que otra vez de tirar al niño por la ventana. Gran carga y muchas críticas en las redes sociales para la periodista que pasara 21 días viviendo en la calle o 21 días rodando porno que, sin embargo, contrastan con los gestos de resignación y asentimiento de algunos de mis compañeros de la redacción que, algunos verbalizándolo y otros no, venían a admitir que hay momentos en los que ser padres es «mu duro». Desconozco si mi madre albergó tales sentimientos cuando no la dejaba dormir una noche entera o cuando me negaba a ir al colegio alegando cualquier excusa infantil. Lo más cercano a la paternidad que experimento estos días es mi convivencia con un gato que, indiferente y altanero, me mira desde el poyete (sí, poyete, mucho mejor que alféizar) de la ventana, seguro de que nuestra relación todavía no es tan mala como para que lo arroje hacia abajo, y tranquilo al saber de que me harían falta por lo menos seis pisos más para lograr mi objetivo. Y a esa ventana me acerco para escrutar el cielo de esta semana en Málaga, ya en la cuenta atrás de mi otro objetivo: la Media Maratón de Málaga. No ayuda que en los días previos a una carrera que cada vez atrae a más gente a la Costa del Sol tengamos temporal de lluvia y viento un día sí y el otro casi que también. Así no hay forma de venderla, ni de prepararse, que esos 21 kilómetros no se van a correr solos. Y es que desde una ventana, a algunos les puede dar por intentar colarse en la intimidad de una vecina a través de sus cortinas, a ver si ve con un poco de suerte media cacha, y a otros nos da por pensar. Siempre he sido muy ventanil, y en la altura y el ensimismamiento acuden a la mente grandes temas, como la iniciativa marbellí de apoyar la candidatura del espeto a Patrimonio de la Humanidad, que le dan ganas a uno de arrojarse al vacío. La resolución del problema de los estibadores o el análisis del temible ascenso de la extrema derecha en varios países europeos lo dejamos para otro momento, que ya amaina el viento y hay que salir a correr un poco. Se ha abierto la ventana.

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