Bruno de Colo nació en Portugal. Era un base habilidoso con buen tiro que emigró a Francia, más en concreto a Sainte Catherine de Arras, en Pas de Calais. Nicole Letien estuvo cerca de debutar con la selección de Francia. Comenzó a jugar a los 8 años y fue superando obstáculos hasta llegar a jugar la Copa de Europa con el ASPTT Arras y a enfrentarse regularmente contra el gran mito del baloncesto femenino francés, Elizabeth Riffiod «Zaza», la madre de Boris Diaw. Jugaba con el número 12, el día que nació su hermano, un joven que tuvo que dejar el ciclismo por problema físicos.

El número que Nando de Colo luce con Francia en homenaje a su madre. Cuando se casaron, Bruno y Nicole tuvieron cuatro hijos: Sandie, Leila, Nando y la pequeña Jessie. Todos jugadores de baloncesto. La gran dinastía del baloncesto del norte de Francia se apellida De Colo.

Su madre tenía claro que su hijo Nando debía jugar al baloncesto aunque nunca pensó que alcanzaría este nivel. En la cuna le ponía una pequeña pelota de baloncesto de espuma. Con dos años ya jugueteaba por los pasillos de casa con la pequeña bola naranja y con cinco años fichó por su primer equipo. Su padre fue su entrenador y su madre llegó a ser su primer agente. Nando, que sobre todo disfrutaba viendo los partidos de su hermana mayor Leila, fue cogiendo lo mejor de cada uno. Leila precisamente se mudó con él a Valencia cuando con 22 años fue fichado por el equipo valenciano.

De Colo siempre ha sido ambicioso en el terreno deportivo y cuando llegó a Valencia le preguntaron si sería el sucesor de «Le Roi» Rigaudeau y él afirmaba. «No lo sé, pero los dos tenemos los mismos objetivos». Nunca ha olvidado a su familia y a sus raíces. Sus amigos son los mismos de la adolescencia: «No confío fácilmente, pero cuando no me das la espalda no hay razón para cambiar».

Su agente es el mismo desde sus inicios, Wassin Boutanos, su habitación en la casa de sus padres se conserva igual que cuando él la habitaba. Sólo un pequeño cambio: una cama para su hija Lola, de cuatro años. Todos los veranos vuelve a casa para compartir tiempo con sus hermanas y sus sobrinos. Hace cuatro años después de anunciar a su familia que tenía que pasar las navidades en Moscú se presentó por sorpresa en su casa de Arras para la cena de Navidad. De Colo no ha cambiado y sigue siendo el joven tímido y cercano que era cuando empezaba.

Hace tres años se fue de vacaciones con su familia a Fréjus, una pequeña localidad en la Costa Azul entre Saint Tropez y Cannes, pero no lo hizo a un hotel de 5 estrellas, ni siquiera a uno de 4, se fue a un camping. Y no a un Bungalow, durmió en una tienda de campaña con su familia. En una entrevista en «La Voz del Norte» de Arrás afirmaba: «Podemos permitirnos más cosas que en el pasado, pero puedo dormir en un colchón de aire. No tengo gustos lujosos».

Será difícil ver a Nando de Colo a los mandos de un súper deportivo pero sí podrán disfrutarlo junto al Chacho a los mandos de la súper nave del CSKA en, quizás, la ultima oportunidad real de entrar en el Top 8. Suerte€ a los verdes.