El 12 de octubre de 2017, el Unicaja volvía a la Euroliga. Eran las nueve de la noche cuando el Carpena se vestía de gala para recibir al campeón, el Fenerbahce de Zeljko Obradovic. La Supercopa de Europa oficiosa se resolvía con una victoria malagueña por 68-67. Esta noche el equipo de Joan Plaza se despide de la competición contra el mismo rival en el Ulker Arena Sport. El equipo verde cierra la competición como el tercer mejor equipo español, por detrás de Real Madrid y Baskonia, y por delante de Valencia y Barcelona, con 12 victorias y 17 derrotas a falta de este último encuentro. Si vemos la clasificación fríamente seguramente el equipo está en el lugar que le corresponde pero se han dejado escapar tantas oportunidades, como las derrotas en casa ante Brose, Zalgiris, Valencia o Baskonia, que todos nos quedamos con la sensación de que el equipo podría haber estado en los play off. En cualquier caso, esto ya es pasado y el equipo ahora debe concentrarse en el primer partido de la Euroliga del año que viene. El que jugará ante el Iberostar este domingo a las 12.30 en el Carpena. Una derrota ante los tinerfeños podría dificultar mucho el pase de los malagueños a los play off de la ACB y dejarlos sin posibilidades de volver a estar el año que viene en la Euroliga.

El Fenerbahce no se juega nada en este último partido europeo. Será segundo gane o pierda, pero seguro que Obradovic querrá una victoria para cerrar esta primera fase. Uno de los hombres clave del partido será el base, antes conocido como Bobby Dixon, y ahora bautizado como Muhammed Ali, al nacionalizarse turco. Dixon tiene una vida de película. Nació en los barrios altos de Chicago, en las escaleras de una casa de apartamentos de Thorndale. Su madre, Lawanda, que regresaba de la lavandería, rompió aguas y no fue capaz de subir hasta el tercer piso donde vivían, y dio a luz al pequeño Robert Lee con la ayuda de su padre Johnny, debajo de las escaleras. Su madre consumía heroína y cocaína. Se pasaba la vida entrando y saliendo en la cárcel. Cuando Bobby tenía 10 años, su hermano Brian de 13 años, moría de un disparo en la espalda. Sus recuerdos del funeral son la camiseta de beisbol azul que llevaba su hermano en el ataúd y la imagen de su madre con esposas rodeada de policías. Su padre, su madre y sus tres hermanos mayores han estado en la cárcel. Incluso él con 18 años ingresó en ella por tráfico de drogas.

El baloncesto y el entrenador Bryan McKinney le salvaron la vida a él y a su familia. Al salir de la cárcel se puso a trabajar en un almacén de UPS de 4 a 10 de la mañana y a estudiar por las tardes. Después de unos grandes años en la Universidad de Troy, donde se licenció en Ciencias de la Salud, comenzó su aventura europea. 10 equipos en 11 años antes de llegar al Fenerbahce y adoptar el nombre de su ídolo el gran Muhammed Alí, y tatuarse su mote en el brazo «Uptown Manba». Su madre ha salido de las drogas y vive en una casa que le compró en un barrio residencial. Alí vive en Turquía sin muchos lujos, salvo el impresionante Bentley Continental que conduce. «No me creo que lo tenga. Es surrealista. Siempre fue el coche de mis sueños». Comparte su vida con su novia del instituto y tiene dos hijas a las que llamó Heaven y Angel (Cielo y Angel) una declaración de intenciones de su nueva vida. Suerte esta noche a los verdes? esperamos volver el año que viene.