"Si voy a la guerra, lo quiero a mi lado". En su etapa de entrenador de la Juventus, Antonio Conte tenía muy claro lo que aportaba Arturo Vidal a su equipo. También su sucesor. Massimiliano Allegri: "Es tremendo, cualquier técnico querría tenerlo". O Jupp Heynckes en el Bayern: "Es un monstruo, incansable en entrenamientos y partidos". También Michael Reschke, ex gerente del Bayern, reparó en el perfil agresivo del chileno: "Quizás no sea el tipo que quieres que se case con tu hija, pero sí en tu equipo". Para Pep Guardiola también fue indiscutible, y no sólo por lo evidente: "Tiene mucho mejor pie de lo que la gente piensa".

Así que todo eso acaba de fichar el Barcelona, además de un futbolista acostumbrado al éxito: desde su llegada a Europa, Arturo Vidal (San Joaquín, Chile, 22 de mayo de 1987) ha ganado cuatro ligas italianas, además de una Copa y dos Supercopas; y tres Bundesligas y una Copa alemana.

Contribuyó también decisivamente a las dos Copas América consecutivas, en 2015 y 2016, con Chile. Sólo le falta la Liga de Campeones, de la que le apartaron tres equipos españoles: el Barça en la final de 2015, el Atlético en las semifinales de 2016 y el Madrid en las dos últimas ediciones.

Vidal, que estuvo en la agenda del Madrid de Ancelotti, tiene mucho ganado con la afición del Barça por sus enfrentamientos europeos con el club blanco y sus críticas a los árbitros. En la semifinal de la temporada 2016-17 sufrió una expulsión en el Santiago Bernabéu que resultaría determinante para la resolución de la eliminatoria.

Arturo Vidal vive y juega al límite, aunque en su historial sólo figuren cinco tarjetas rojas. Los biógrafos de Vidal atribuyen ese carácter volcánico a una infancia marcada por las dificultades familiares.

El pequeño Arturo creció viendo y admirando los esfuerzos de su madre, Jacqueline, que se separó de su padre después de que éste, borracho, quemara la casacon sus cinco hijos dentro. A partir de ese momento, los Vidal vivieron en una chabola al lado del campo de San Joaquín, donde Arturo dio sus primeras patadas al balón. Como hacía falta dinero en casa, Arturo Vidal dejó los estudios con nueve años para trabajar en un hipódromo. Hasta que, con 14, tuvo claro que sólo el fútbol podía sacarlos de pobres. Lo consiguió y, con su primera ficha profesional en el Colo-Colo, le compró a Jacqueline la casa de sus sueños. Dos temporadas en el mejor equipo chileno fueron el

trampolín hacia Europa. Pronto el Bayer Leverkusen se le quedó pequeño y, desde 2011, ha peleado por todos los títulos con la Juve y el Bayern.

Su imagen, con cabellera mohicana y el cuerpo plagado de tatuajes, ha contribuido a que Vidal no pase desapercibido tanto en el campo como en la calle.

A Vidal la gustan la noche y los coches de lujo, aficiones que le pudieron costar caras en 2015, en plena disputa de la Copa América. Olvidados aquellos años de penurias, Vidal reaccionó con soberbia cuando un policía le informó que había excedido la tasa de alcohol mínima tras estrellar su Ferrari.

"Espósame, pero te vas a cagar a todo Chile", le espetó. Pese al incidente, Jorge Sampaoli no prescindió del centrocampista y Vidal respondió en el campo con tanta implicacion y acierto que llevó a la selección chilena hasta el título.