'El feminismo no existe', por Cristina Castro

El discurso feminista tiene controlado los medios en España, si no eres feminista estás desfasado. Es curioso que haya tantísima gente defendiendo el feminismo cuando en realidad no saben lo que es el feminismo. Dicen que el feminismo busca la igualdad pero esto es falso, el feminismo busca la destrucción del patriarcado en pro de la mujer, esto no es lo mismo que igualdad. El discurso de los medios de comunicación es especialmente nocivo porque con el fin de ganar audiencia o votos hacen creer que sólo hay un tipo de feminismo cuando en realidad hay muchísimos y todos diferentes; Feminismo Radical, Feminismo Marxista, Feminismo Liberal, Ecofeminismo, Feminismo Interseccional, Anarcofeminismo, Ciberfeminismo... Y muchos de estos feminismos buscan objetivos diferentes o completamente opuestos. Valerie Solana también se consideraba feminista y en su manifiesto ‘scum’ define a los hombres como «abortos andantes» o «pedazos de mierda sin valor». Al considerarte sólo feminista entras en el mismo grupo que Christina Hoff y su ‘Freedom feminism’ pero también compartes grupo con Valerie Solana. Considerarte feminista es como considerarte humano, dices mucho y a la vez absolutamente nada, lo cual es perfecto para que políticos puedan llenarse la boca de aire para ganar votos.

'División es traición', por Diego Mas Mas

Lo que faltaba. Casado acaba de acusar a Ciudadanos de crispar Cataluña por combatir los lazos amarillos separatistas, cuando lo evidente es que esos lazos golpistas son los que crispan la convivencia. No cabe manera más eficaz de dejar el campo libre e incluso apoyar a los independentistas y dividir a cuantos defendemos España. Por supuesto, lo suyo no es insensatez, sino barato y contraproducente maquiavelismo. Siguiendo fielmente la línea de Franco, de reclamar Gibraltar cada vez que fracasaba su política, Rajoy agigantó al máximo el problema catalán para intentar ocultar los múltiples y vergonzosos problemas del PP y los suyos propios. En esa misma funesta línea lo intenta Casado, ante el más que probable juicio y condena que le espera pronto como un Cifuentes II. Pero pretendiendo distraer la atención e incluso añadir algún voto, no conseguirá de una ciudadanía ya más ilustrada sino lo contrario: acelerar su ruina y la de su partido por su antipatriótica, perversa estrategia. Dividir España es traición.