Públicamente incorrecto

Obama, el primer presidente de raza negra de la historia de la mayor potencia mundial, es un orador impoluto, cuyos discursos logran emocionar a millones de personas a la vez. Su carisma es histórico, y tanto él como Michelle fueron protocolariamente perfectos. Algunos de sus fracasos políticos, la financiación y apoyo a los 'rebeldes' sirios que tantas muertes siguen causando o sus promesas rotas quedaron en un segundo plano.

Por otra parte, el tan poderoso como odiado actual presidente Donald Trump es un líder que llama más la atención por su extraño aspecto anaranjado o por sus salidas de tono que por su trabajo encomendado: el bienestar de sus ciudadanos. En España pocos hablan de la subida del 4,1% del PIB estadounidense o de su mayor caída en 40 años de la tasa de paro durante el gobierno de Trump; seduce más hablar de sus aventuras pasadas con prostitutas. Donald Trump es un personaje políticamente incorrecto, por ello está condenado a críticas diarias.

Y es que desde hace una década es más importante aparentar buenismo, que realizar correctamente sin pretextos una labor mediática.

Daniel Siches CastellanosMálaga