Cartas al director

Juana de Arco, Martin Luther King, Gandhi, Dian Fossey, Emiliano Zapata, Rosa de Luxemburgo, Che Guevara, Hypatia, Salvador Allender, Indira Gandhi, Colosio y miles de nombres más. Todos ellos tienen algo en común: murieron por sus ideales y con ello, cambiaron el mundo. Aunque es más prudente callar; más, cómodo, ¿verdad? Haciendo referencia a la Biblia, yo siempre me había preguntado cómo era posible que un hombre muriera por nuestros pecados, ¡qué vanidad! Pero cuando comparo a todos estos líderes y a Jesús, encuentro cierta similitud en cuanto al sacrificio: Jesús murió por decir la verdad, y estos también murieron por lo mismo; cuando muchos callaban, estos levantaron la voz en beneficio del mundo; uno murió crucificado, otro por la ingestión de cicuta, otros por un tiro, otro en la hoguera, etcétera. Pero todos pagaron con su vida por la osadía. Yo creo que esto pasa todos los días, en cualquier ámbito. Lo que pasa es que hoy día no te matan, pero sí te despiden, que es una forma más educada de matarte.

'Una manifestación soñada', por José Llano Díaz

El sábado me acosté con la ilusión de ir de nuevo a una manifestación para salvar España de quienes querían dividirla. Y soñé que llevaba la pancarta que me dieron en la anterior en Colón. Al despertarme, fui a buscarla al armario donde la tenía guardada. La releí emocionado: «ETA no, Zapatero, cómplice». Serviría para recordar los triunfos pasados. Sin embargo, al salir con la pancarta a la calle y ver la reacción de algunos transeúntes, se me ocurrió que algunos podían malinterpretar esa renovada crítica del PP al PSOE, ahora al traidor Sánchez, máxime dada la máxima acusación a ambos mandatarios. ¿Su exageración no sería más bien propia de separadores que buscaban los votos de otros constitucionalistas, favoreciendo así a los separatistas a los que decían querer combatir? Entré en un café para reflexionar, con lo que se me pasó la hora del acto. Otros no hicieron lo mismo, a juzgar por la foto de la manifestación.