El final de 2018 fue un maravilloso paseo para el Unicaja. El nuevo proyecto de Luis Casimiro cumplía todos los objetivos: Ganaba, jugaba bien y divertía a los aficionados. Se cerraba el año con las máximas ilusiones: la Eurocup, la clasificación para la Euroliga y ¿por qué, no?... la Copa del Rey. Jaime Fernández era la sensación del año, Roberts aportaba su veteranía, Wiltjer se convertía en un francotirador fiable y la pareja Lessort-Shermadini era un muro infranqueable para los equipos rivales en las dos zonas. El equipo luchaba por los puestos altos de la ACB y salvo la dolorosa derrota en el Carpena ante el Baskonia, nada parecía que pudiera amargar el año a los verdes. Pero algo no se hizo bien y los «Reyes Magos» trajeron carbón.

El 6 de enero, el Unicaja se jugaba ser cabeza de serie en la Copa en casa ante el Iberostar Tenerife y los aurinegros pasaron como un ciclón por el Carpena ganando por 17 puntos, marcando un punto de inflexión en la temporada.

Después de una nueva derrota en Santiago se confirmó el adiós a la cuarta plaza en la ACB. El sorteo de la Copa emparejó de nuevo a estos dos equipos y todo parecía arreglarse pero la «baraka» no duró mucho tiempo y en los cuartos de final, el Tenerife volvía a echar del parquet al Unicaja, e iniciaba un descenso a los infiernos del equipo malagueño.

Del 10-3 inicial del equipo se pasó a un 9-9, la eliminación copera y la pérdida de la Eurocup en los cuartos de final. Con ella, el adiós a la Euroliga de la próxima temporada y tener que afrontar un durísimo final de campaña, al menos en lo anímico.

Los verdes visitan mañana sábado la isla de Tenerife, y más de uno recordara aquella frase que hizo viral Gerard Piqué refiriéndose al cumpleaños de Cristiano Ronaldo: «Gracias Kevin Roldan. Contigo comenzó todo». Aunque, seguramente, en este caso, no es para dar las gracias.

La derrota en la Copa fue especialmente dolorosa. El Unicaja no estuvo nunca en el partido y no dio la sensación en ningún momento de poder ganar. Además el equipo comenzó a enseñar sus carencias en la dirección. Rodrigo San Miguel y sobre todo Ferrán Bassas saliendo desde el banquillo mantuvieron en todo momento el control del partido. El base de Barcelona es otro producto salido de la prolífera cantera de «La Penya» que creció admirando a Raúl López. Después de convertirse en el máximo asistente de la LEB Oro con el Oviedo llegó a la ACB para seguir creciendo y con su claro mensaje: «Me siento como el Cid Campeador, nadie me ha regalado nada». Jugador de baloncesto «por tradición». «Mi padre (Xavi Bassas) es entrenador y al poco de nacer mi madre ya me llevaba a los campos a ver partidos». Está involucrado también en un proyecto solidario con su padre para llevar el baloncesto a Costa de Marfil, donde pretender crear una escuela de Basket en la localidad marfileña de San Pedro.

Más allá de Iverson, Abromaitis o Beirán, los tinerfeños tienen dos bases que ya han hecho mucho daño a los verdes, más allá de los números, y que buscarán una tercera victoria ante el Unicaja que les dé la clasificación para el play off. Suerte€ a los verdes.