Obsoleto. Ni la circunscripción provincial es real en la práctica ni es fácil arreglar hoy semejante desatino proporcional. Nos interese más o menos, según cada cual prefiera una ideología u otra, que un partido con algo más de medio millón de votos no tenga ni un escaño y otro con sólo 300 mil más tenga 15, no es tragable. Es el caso, por ejemplo, de Más País, la formación de Errejón, y de Esquerra Republicana de Cataluña, uno de esos partidos que no se sienten parte de España. Como menos de España aún se siente Junts per Cat, que obtuvo en la últimas Elecciones Generales unos 520.000 votos, 50.000 menos que la mencionada formación errejonista y, sin embargo, campa por el Congreso con ocho representaciones fantasmales de Puigdemont, sentadas en sus obtenidos ocho escaños. Ocho diputados a los que les importa un pimiento el Congreso español, incluso menos que a Esquerra.

Lo de Bildu es de traca. Con sólo 276.000 votos ostenta cinco escaños, cinco. Y el PNV, con unos 100.000 más, siete. Ciudadanos, sin embargo, pese a la debacle de los resultados obtenidos por el fallido órdago personalista de Rivera, habiendo obtenido 1.637.540 votos, el doble de votos que ERC, se quedó sólo en 10 escaños, tres menos que los republicanos catalanes, tres.

O, por ejemplificar una última prueba de que esto no cuadra con la aritmética democrática, la candidatura de 'Teruel existe' consiguió un escaño sin llegar ni siquiera a los 20.000 votos; un escaño con el que peleará con uñas y con dientes fríos como el Moncayo para sacar lo que pueda en el Congreso. Diecinueve mil y pico votos turolenses, eso sí, todos del lugar, que ahí es donde está la paradoja y la madre del cordero. Por significación uniprovincial, la mayoría de los votos obtenidos en un sitio pequeño, aunque sean pocos votos, valen mucho más que muchos votos obtenidos en una provincia grande que, pese a ser objetivamente muchos, no lo sean en el cómputo provincial en función del censo de esa circunscripción y el reparto proporcional de escaños que le correspondan. La provincia es la protagonista de la representación democrática, no el ciudadano con derecho a voto de cualquier punto de España y vote en la provincia que vote.

Esto ha hecho que partidos nacionalistas con gran implantación en sus territorios, pero ninguna en el resto del país, producida la tormenta perfecta electoral en la que estamos, puedan chulear públicamente a quienes tienen mucha más representación electoral en el conjunto del estado.

Y así está Sánchez, sabiendo que unas terceras elecciones derribarían su última resistencia electoral y pasaría a la histeria de la Historia, aguantando carros y carretas de chulería y frivolidad independentista.

Y en el otro lado el PP, con 52 diputados realimentados diputados de VOX que ahora le muerden los pies y ya salivan ante la posibilidad de que los populares favorezcan la investidura del contradictorio líder del PSOE, y así poder apuntarle una más por derechita cobarde y seguir sumando descontentos en el batiburrillo que engrosa sus tensas filas. Qué país tan solo€