Queda inaugurado este trocito de la Alameda. Este baldosín. Este bordillo. Esta parada (provisional y caótica) de autobús. Fue el sábado por la mañana. No tuvieron bastante con las fotos del encendido del alumbrado, la noche anterior, y necesitaban algo más. Y montaron un acto para inaugurar que habían quitado unas vallas. La Alameda ya fue inaugurada, puesta en servicio, paseada por la admirable Corporación, lo que sea, fechas atrás (14 de agosto, coincidiendo con el inicio de Feria), pero nunca está de más volver a reinagurar. Y allí estaban, chorrocientos cargos públicos sacrificándose para salir en las fotos. Está muy bien que estuviera el alcalde, por razones obvias, y Moreno Bonilla, presidente de la Junta, pero el desembarco, digno de Normandía, resultaba un poco apabullante. Más políticos que viandantes, más cargos públicos que bombillas, más asesores que ventanas. Cuatro consejeros del Gobierno andaluz, nada menos; delegados del mismo; muchos concejales (que habían tenido ya su momento grande la noche anterior con el lucerío) y el ciento y la madre. O se creen que esto es Nueva York o no tienen nada que hacer o la capacidad de convocatoria (¿del alcalde, de Bendodo, de Bonilla?) es tanta que nadie puede resistirse. Si están todos los que se ve en la foto imagínense cómo era la comitiva. Y conste que no había solo gente del PP. Un poco más y hay más dirigentes de Ciudadanos que votantes. Málaga está de moda y el principal emisor turístico es la clase política. A la clase política le hace falta un hotel enterito para ella sola. Hay mucho que inaugurar. Imaginen si para inagurar que han quitado cuatro vallas, que ya era hora, de un sitio ya inaugurado, han montado esto, la que liarán para la inauguración del tercer hospital. Pongamos por caso. Vendrán, claro, Obama, Baltasar, Melchor, Sabina, una comitiva de la ONU, siete pandas de verdiales, una embajada catalana, el presidente del Colegio Mundial de Médicos, Antonio Banderas, Messi, Spiderman, los viceconsejeros del Gobierno vasco, Arús, Fran Rivera, Modric, el presidente de Paradores, un cuadro flamenco de Uzbekistán, los trapecistas del circo del sol, Echenique y el cuerpo diplomático vestido de gala con la cabra de la legión ataviada al efecto. Y ojo, que según la Junta, ese mismo día ha de estar inaugurado el metro al Civil. O sea, que también, para dar más realce al día, deberían venir los descendientes de Gálvez y los Larios, gigantes, cabezudos, la mujer barbuda, trapecistas nórdicos y los presidentes de las mancomunidades, por supuesto, sin olvidar chirimoyistas, picadores, Joe Biden, los presidentes de peñas y sus respectivos sastres, la Preysler, así como representantes del lobby del maíz. Y un celador.