El llegó antes, pidió un té verde y se sentó en la única mesa frente a la ventana, a esa hora solo había un grupo de señoras mayores en el salón interior. A un volumen audible, pero bajo, sonaba una cantata de Bach. Por Molina Lario, a primeras horas de la tarde de principios de diciembre, transitaban pocas personas, aunque casi enfrente, en Santa María, la marea humana se hacía notar más. Desde siempre le gustaba Puerta Oscura. Miró el reloj y pasaban diez minutos de las cinco. ¿Se habría olvidado? Pero no, asomó por la puerta mirando nerviosamente a un lado y otro. Era la misma y hacía años que no la veía desde su marcha a Barcelona.

- ¿Cómo estás?, le preguntó él, acercando su cara a la suya.

- Pues ya ves.

Se sentaron, vino el camarero, tomó nota de una nueva consumición y se quedaron solos.

- ¿Cómo están las cosas en Barcelona?

- Pues muy bien, el procés marcha, despacio pero va.

- Pero ¿tú crees que Cataluña va a ganar algo con esta historia?

- ¿Cómo que si vamos a ganar algo? Vamos a ganar nuestra libertad y nuestra independencia, ¿te parece poco? Sigues siendo igual de conservador que siempre.

- Quizá es que no me he movido de donde estaba y tú sí.

- Eso, seguro. La oportunidad que tenemos ahora con Pedro Sánchez no la vamos a desperdiciar, aunque si no estuviera él sería igual, hemos tomado una decisión y vamos a por todas.

- Permíteme que te diga lo que pienso. Cataluña sin España es un experimento que no saldrá bien, los nacionalismos representan lo peor de la historia. No olvides que la Primera Guerra Mundial fue por eso€

- Hijo, lo que dices está muy visto y, además, lo nuestro es nuevo.

- Te recuerdo lo que decía Gramsci, al que leímos los dos cuando estábamos en Madrid, en el Retiro, ¿te acuerdas?: «El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos».

- ¿Monstruos€?, ¿a qué te refieres?

- Bueno, la CUP y los CDR se parecen mucho€

- Qué sabrás tú desde provincias€

- ¿Desde aquí no se puede saber nada? La verdad suele ser incómoda.

- Mira, la modernidad de Cataluña es algo aceptado por todos y viene de atrás, este proyecto que hemos emprendido no tiene vuelta de hoja y nos va a permitir tratarnos entre iguales con todas las naciones europeas€

- Para eso, tendréis primero que arreglar la sanidad, la enseñanza, atraer las inversiones que se han ido€ porque hasta ahora, España no os robaba, os daba todo el dinero que pedíais y más, ¿te acuerdas de Soraya Sáenz de Santamaría?

- Pues vaya ejemplo que me pones. ¿Sabes que ha fichado por Cuatrecasas, que es el mayor despacho de abogados de tu España y que es de Barcelona?

Hace tiempo que se había ido Bach y había llegado Sibelius. A ella le habían traído su descafeinado con leche y no lograba retreparse en el sillón, parecía que estaba incómoda con la conversación pero no estaba dispuesta a dejarla, y él tampoco parecía muy feliz de este cruce de opiniones algo agresivas.

- Y en lo personal, ¿cómo te va?

- No me quejo.

- Ya entiendo.

- Terminé la tesis, tengo un trabajo€

- Estoy seguro que piensas que no te va a afectar lo que está pasando€

- La próxima vez que te vea, quizá ya no estemos en España y verás cómo nos va muy bien, mejor que hasta ahora.

- No te creas que estoy contento con la pasividad con la que asistimos al golpe de Estado. Parece que lo grave no es que alguien se salte la ley, sea Torra o quien sea, sino que alguien recuerde que alguien se salta la ley, eso sí que os molesta.

- ¿La ley?, será la ley de España, nosotros hemos votado el Estatuto y después el 1-O no nos dejasteis.

Marta miró el reloj y dijo que tenía que irse, le preguntó a Eduardo si la invitaba al café y salió a la calle bajo una ligera llovizna perdiéndose en dirección, quién lo diría, a la Plaza de la Constitución. Antoine de Saint-Exupéry escribió un día:

Amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad. Tengo sed de un compañero que respete en mí, por encima de los litigios de la razón, el peregrino de aquel fuego.