Menos favores, por favor

Ha tenido difusión mundial el último tuit de un estudiante del avión abatido en Irán: «Perdóname por mis buenas y malas acciones». ¿Por las buenas también? Sí. A sus 21 años había aprendido ya que sólo al principio resulta mejor el dar que el recibir.

Dañado mi coche, de noche y con otras circunstancias adversas, pero en una sociedad bien estructurada, solidaria, como Francia, mi seguro actuó rápida y profesionalmente, retribuyendo a cada cual por su trabajo. En algunos otros países, hubiera dependido de un alma caritativa, limitada en recursos, que pasara al azar; me habría sentido ser su deudor con muy escasas probabilidades de corresponderle.

Esa 'esclavitud' de una deuda no saldada provoca no pocas veces ingratitud para liberarse, incluso entre amigos. Quien lo experimentó repetidamente, lo sabe. No es que no haya que hacer favores, incluso grandes, sino que debemos tender a una sociedad solidaria, más igualitaria, en que éstos sean cada vez menos necesarios.

Fernando Gomis MasMálaga