Hemos vuelto a la competición, a tener baloncesto en directo, la Fase Final de la ACB, con los mejores equipos y esperando la decisión del título, pero esto no es nada parecido a lo que podamos habernos referido en su momento.

Esta fase final es tramposa, eso de que no tenga situaciones previas en las que se le pueda comparar tampoco ayuda mucho. Los favoritos vienen a ser los de siempre, aunque la clasificación al llegar al parón no tiene mucho reflejo ahora. Somos todos conscientes que tanto Iberostar Tenerife como Casademont Zaragoza, por las circunstancias particulares de cada uno, no tienen mucho que ver con los equipos que alegraron la competición hasta el mes de marzo, tirando de lógica entre comillas, que haya equipos que reclamen atención, además de alguna sorpresa sí casan más con un formato de competición que se me asemeja a los campeonatos de categorías inferiores o a aquellos torneos de selecciones, ya fueran preolímpicos o preeuropeos que se vivían en el mes de junio tras acabar la liga.

Que haya poco margen de maniobra para intentar arreglar los posibles patinazos hacen que el arranque del partido del domingo ante el Joventut adquiriera un tono más que oscuro, que la derrota del viernes ante el FC Barcelona eliminara la red de seguridad para el Unicaja. Ahora tienen en el partido de hoy la posibilidad de quedar en modo «equipo simpático e inofensivo» o poner sobre la mesa que el concepto ambición es algo más que un recurso fácil en los discursos de los que dirigen, sea desde los despachos o desde el banquillo.

La incógnita también ha de recoger un concepto importante que es jugar el cuarto encuentro en menos de una semana, que aunque no haya desplazamientos entre partidos y hablemos de máquinas con un mantenimiento exquisito y físicos realmente privilegiados, esto es una prueba a la que antes no se han visto sometidos los equipos anteriormente. La capacidad de recuperación, así como la posibilidad de sustituir a posibles lesionados, cobra más importancia si cabe. cuando comparo a esta fase final con los torneos cortos tan ajenos a las ligas que habitualmente vemos, además de que lo crucial para el equipo que nos importa es el encuentro ante el Kirolbet Baskonia.

Esta plantilla tiene una oportunidad de reivindicación importante. Es dejar de lado las excusas que puedan ponerse envueltas en lesiones, falta de adaptación, de incertidumbre por la situación que se vive. Resumiendo: la posibilidad de cerrar mejor que nunca un año que ha tenido dientes de sierra tan prolongados que de ninguna forma se podían imaginar estar ahí, ahora hace falta ver si la gestión de ese vértigo por estar cerca de un objetivo cierto y realizable es adecuada.

En la mitad de la competición, algo creo que ha quedado patente es que la intensidad y el nivel de dureza que ponen los equipos de la parte alta está en otro nivel, hay partidos con muchos puntos, y el tema talento se puede ver más o menos igualado. En cada uno de los doce equipos hay jugadores de los que se pueden ver como decisivos pero, o equiparas la dureza física a lo que te propone el rival, o te vas a quedar fuera, esto se lo puedo aplicar sobre todo a una plantilla cajista que, según mi opinión, con un par de retoques la veo bastante interesante.

En lo que queda de competición se va a poder ver parte de las posibilidades que pueden ofrecer jugadores que han generado mucha ilusión y que tienen ante sí una oportunidad no tan habitual de acercarse al triunfo. Aprovecharla o complicarse la existencia en temporadas venideras está en su mano.